Soportan malos olores, ruidos y vertidos de aguas fecales junto a sus viviendas desde hace una década y están hartos. Los vecinos del barrio de Serrallo, en la parroquia oiense de Viladesuso, han reunido 650 firmas para exigir al Concello de Oia que se lleve la depuradora de Porto Senín a otro lugar alejado de las viviendas o que tome medidas para que funcione correctamente y deje de causarles las molestias que les impiden ventilar sus hogares. Hoy mismo presentarán la solicitud acompañada de las rúbricas en el Ayuntamiento, donde está previsto que la Corporación debata el asunto en el pleno de esta tarde a las 19.00 horas.

Una treintena de afectados se concentraron ayer ante la instalación para protestar por la situación que les dificulta el día a día. "Seguimos sen poder abrir as ventás e as portas desde hai anos e ninguén fai nada", explicaba Manuel Fernández, con domicilio a escasos metros del que considera "un foco de infección debaixo das casas". Desde que empezó a funcionar en 2006, ha analizado el agua de su pozo en varias ocasiones y los últimos resultados revelan "que está contaminado ao 98 por cento", asegura.

Y es que el problema no solo es de olores. Los perjudicados afirman que las filtraciones y vertidos de aguas fecales son constantes, directamente al mar porque el sistema de depuración "non funciona", o a través de las arquetas ubicadas junto a la PO-552, donde los pestilentes residuos orgánicos se observan nada más levantar la tapa. "A merda corre pola carretera", afirman, o incluso hacia la finca de otro vecino, Silverio González, quien lamenta que el sumidero ubicado junto a su portal "está taponado cada dous por tres e bota un tufo insoportable. Aquí non hai que pare. Temos que ter todo pechado porque parece que hai un bicho morto ao lado da porta".

Han planteado la situación al Ayuntamiento en varias ocasiones y afirman que la alcaldesa, Cristina Correa, les ha prometido una solución, pero se han cansado de esperar. "Nós non temos nada en contra dela, pero queremos feitos, non só compromisos de palabra", exigen. Este diario trató de contactar ayer sin éxito con la regidora para conocer su postura al respecto.

A los hedores y desbordamientos constantes se suman las consecuencias de la contaminación sobre los recursos pesqueros y marisqueros de la zona, advierten los perjudicados. Javier Fernández, otro residente aficionado al buceo recuerda que "esta era unha zona de pulpo e congrio hai anos". "Agora non hai nada. Estamos matando os espacios naturais da costa. Ao haber verquidos, desaparece o argazo e o alimento para os peixes, que tamén escapan", advierte.