Una bodega de O Rosal ha puesto en marcha un proyecto para convertir el bagazo sobrante de elaboración del vino en abono orgánico. Según explicaron ayer durante la presentación, no solo resulta un producto de alta calidad sino que también es un fitosanitario biológico.

"Este proyecto, que se halla en una primera fase de desarrollo, contribuirá a minimizar el coste de gestión de los subproductos vitivinícolas y a aportar valor añadido a los bioproductos obtenidos", explicó José María Fonseca Moretón, presidente del grupo.

Así, Bodegas Terras Gauda someterá al bagazo de la uva, "que presenta altas concentraciones de compuestos bioactivos" a un proceso de vermicompostaje. "Se trata de una técnica que combina la acción de lombrices de tierra y microorganismos en un vermirreactor para la obtención de un compost final de origen natural, estable y de calidad y su uso como biofertilizante y fitosanitario biológico", indican.

Los responsables de Terras Gauda aseguran que "el vermicompost es un abono orgánico que mejora las propiedades del suelo y permite a la vid asimilar los nutrientes de forma lenta, según sus necesidades". "Con ello, buscamos alternativas al uso de fitosanitarios y fertilizantes minerales en los viñedos de Albariño y Caíño Blanco, lo que supone un avance importante desde la perspectiva medioambiental y económica, así como una utilización óptima de los recursos naturales", asegura Emilio Rodríguez Canas, director técnico de la empresa.

"Para el desarrollo del estudio, Terras Gauda ha dispuesto de más de 4,5 Has (45.000 m2). Su aplicación en el viñedo y la influencia en los vinos serán evaluadas, comparando sus características químicas (concentración de compuestos bioactivos y aromas), así como sus cualidades organolépticas con el vino", añade Enrique Costas Rodríguez, director general del grupo.

Biovervit, nombre que recibe este proyecto, cuenta con la colaboración de la Universidad de Vigo (Departamento de Ecoloxía e Bioloxía Animal), de Santiago de Compostela (Departamento de Química Analítica) y Adegas Moure. Con él se abre, según informan, una innovadora vía para la autogestión de los subproductos vitivinícolas. El proyecto avanza en lo que se conoce como economía circular, concepto que se define por el respeto y la sostenibilidad de la actividad agrícola.

El Grupo mantiene su filosofía de priorizar la inversión en I+D+I como estrategia para la diferenciación y singularidad de sus vinos. Aseguran que la bodega se ha situado a la vanguardia de la investigación con diferentes estudios, como el proyecto europeo Foodie sobre viticultura de precisión, que hizo que en los últimos meses " se hubiesen utilizado drones para obtener información todavía más concisa al interrelacionar los datos aportados, con los de los sensores instalados en el viñedo y los satélites europeos.