Gondomar se prepara para un cambio radical en la forma de hacer política municipal. La Corporación aborda este martes en pleno, a propuesta del bipartito en minoría, la aprobación del Regulamento de Participación Cidadá, impulsado por Manifesto Miñor, concretamente por la Concejalía de Participación Cidadá, que dirige Xosé Antón Araúxo. Una normativa que aspira a abrir las decisiones a los vecinos, dotándolos por primera vez de canales efectivos para hacerse oir ante sus representantes. Para ello, el documento recoge la posibilidad de someter asuntos clave a referéndum y regula las intervenciones del público en plenos y comisiones, además de llamar a la creación de consejos parroquiales con autonomía para fiscalizar la acción del gobierno municipal y presentar propuestas para cubrir las necesidades de su territorio.

Las consultas populares, indica el articulado, podrán convocarse de acuerdo con la mayoría absoluta del pleno y con autorización del Gobierno central, para conocer el parecer de los ciudadanos acerca de asuntos "de especial relevancia para os intereses dos veciños, con excepción dos relativos á facenda local". Los propios vecinos podrán solicitarlas, siempre que cuenten con un mínimo de 2.100 firmas aproximadamente, el 15% del censo electoral. Este número de rúbricas será suficiente también para formular iniciativas populares para su aprobación en pleno.

La ordenanza establece también pautas para que los vecinos intervengan tanto en las sesiones plenarias como en las comisiones, previa solicitud por escrito con dos días de antelación. Al finalizar los ruegos y preguntas de los ediles, el alcalde establecerá un turno de palabra para un máximo de cinco personas por sesión.

Órganos de decisión

La gestión y decisiones del gobierno quedarán en buena parte supeditadas a los nuevos órganos que plantea la normativa. Entre ellos, los consejos parroquiales, que serán entes de consulta, información, control y propuestas integrados por un presidente, un vicepresidente y un máximo de tres vocales. Todos ellos serán elegidos en las asambleas parroquiales, formadas por todos los vecinos mayores de 18 años. El Concello será el encargado de impulsar la creación de dichos consejos en el plazo de seis meses. Un reto que será sencillo de alcanzar en algunas zonas "que xa están esperando que entre en vigor o regulamento para crealos de inmediato", según señala Xosé Antón Araúxo. Si queda aprobado el martes, el texto se hará efectivo en cuestión de dos meses, después de un plazo de exposición pública de 30 días y del análisis de las alegaciones que se presenten.

En cuanto esto ocurra, se crearán asimismo otros dos consejos municipales de participación. El de Relacións Veciñais, para abordar asuntos de interés de todo el municipio, presidido por el alcalde e integrado por un representante de cada grupo político, cuatro por parte de las asociaciones de vecinos y otro de los consejos sectoriales, que se formarán también con representación política y ciudadana por áreas de gestión. Y el Económico e Social, también moderado por el regidor y con presencia de concejales, colectivos empresariales y sindicatos para analizar temas de este ámbito y controlar el presupuesto municipal.