Decenas de hogares del casco urbano baionés son víctimas de un vampiro invisible que arrebata la señal a sus receptores de televisión. Desde hace semanas sufren interferencias y apagones prolongados de la TDT sin previo aviso, una caprichosa "infección" de la que pocos usuarios han recibido diagnóstico y, mucho menos, un tratamiento eficaz. Detrás no hay, sin embargo, ningún suceso paranormal, sino un problema de convivencia tecnológica entre la televisión digital y la recién llegada 4G.

La instalación, hace algunas semanas, de una nueva antena en Donas (Gondomar) para garantizar la cobertura de la nueva red de telefonía parece estar en el origen de la mayoría de estos casos, que parecen concentrarse en zonas como Covaterreña o Huertas Reales. Algunos de ellos, a raíz del último apagón que ayer mantenía a decenas de domicilios sin señal más de 24 horas, fueron denunciados en la oficina municipal de consumo en los últimos días.

Solución

De hecho, el Concello ya había sido advertido de posibles interferencias con la señal de televisión en el momento en que las operadoras anunciaron la ampliación de su cobertura móvil en la comarca, un aviso que le llegó a través de la entidad Llega800, creada por las propias compañías para solventar contratiempos en el despliegue de la red 4G a partir de una orden del Ministerio de Industria que les exige facilitar una solución "gratuita" a los afectados.

El procedimiento es simple y arranca con una llamada a un teléfono de atención gratuito: el 900 833 999. Al otro lado de la línea, según indicaron usuarios que ya han recurrido al servicio, un operador confirma con el afectado la dirección de su domicilio para constatar si, de hecho, se encuentra en una zona de interferencias. Una vez completado este requisito de identificación, Llega800 se compromete a enviar a un técnico al domicilio afectado en menos de 48 horas para subsanar el problema mediante la instalación de un filtro que elimina la influencia del 4G en la antena.

Desde el Ayuntamiento explican que se trata de un servicio sin coste alguno para los usuarios afectados, ya que la legislación vigente obliga a las operadoras de telefonía a costear los trabajos necesarios para restablecer el servicio de TDT en los hogares donde este se haya interrumpido con la puesta en funcionamiento del 4G.

La desaparición de la señal de televisión, en todo caso, ha llevado a los afectados a buscar soluciones por su cuenta, contactando con antenistas o resintonizando sus receptores sin demasiado éxito. Por eso, algunos desconfían de que la solución propuesta por las compañías de telefonía les devuelva la TDT, aunque es la única vía que les queda por explorar.

Solo los abonados a la televisión de pago consiguen sortear mientras tanto el contratiempo, que muchos creían que podía estar en el centro repetidor de Domaio, en Moaña, un extremo que ayer descartaron a este periódico los gestores de esta instalación.