Un pequeño puente sobre el río Fondón preocupa, y mucho, a los vecinos del Camiño do Estrobo, en el barrio chapelano de Angorén. Desde hace meses ven cómo este paso se está inclinando hacia el regato y el asfalto se hace añicos. Hay una valla que separa la carretera del curso fluvial, instalada hace dos años, pero ya se arquea. Por ello los residentes temen que en cualquier momento pueda caer un vehículo y ocurrir una desgracia.

Según relatan los mayores de la zona, el puente fue instalado por los propios vecinos hace unos 40 años. Los problemas comenzaron con el aumento de población y el paso constante de coches por este camino hacia el interior del barrio. El camión de la basura y el del butano también atraviesan el vial.

La vecina Sandra Gómez, cuya casa mira al puente, alerta de que "llevamos meses reclamando al Concello una solución, el propio alcalde está informado, pero nadie hace nada". Asegura que les visitó un arquitecto municipal "y ya dijo que el puente estaba fatal, cada vez se inclina más". Sandra afirma que "he llamado más de treinta veces al Ayuntamiento por este asunto".

Los vecinos coinciden en la necesidad de solucionar el desnivel, pero discrepan sobre cuál sería su origen. Para José Enríquez, "el problema es por abajo, el agua está arando el fondo del puente". Varios señalan la existencia de fugas en la red de tuberías, "cada semana hay alguna rotura", afirman. Añaden que se llamó a la Policía para que levantase atestado. "El puente se hunde y es el único acceso para los vecinos", alerta Sandra Gómez.

En un cruce anterior, junto a la bajada a Pescanova, existe una señal que advierte de la prohibición de paso a camiones de más de 3,5 toneladas. Más arriba del camino de Estrobo, en Camiño Real, hay otro puente apuntalado y cubierto con una chapa desde que hace tres años se accidentase un camión. Los vecinos aseguran que el Concello se comprometió a arreglar este a partir de septiembre. Entienden que entonces debería realizarse una obra también en el que se inclina.