Aunque las obras de ampliación de la autopista marchan a buen ritmo a su paso por Chapela, todavía hay vecinos pendientes de la expropiación. Los propietarios de la última casa que falta por derribar en el Camiño de Pasán aseguran que ya aceptaron la oferta de Audasa y se encuentran a la espera de la firma. "Somos conscientes de que tendremos que marcharnos pronto y ya estamos mirando casas, aunque hasta que no tengamos todo firmado y el dinero ingresado en el banco no podemos hacer nada", señala Nieves Martínez, la dueña de la vivienda.

En su caso, no tiene reparos en trasladarse a vivir a otro lugar. "Mi preferencia es Chapela porque aquí estoy contenta, pero si me tengo que ir a otra zona tampoco pasaría nada, mientras sea a una casa de características similares a esta", afirma. En su caso es la segunda vez que se enfrenta a un caso de expropiación por la AP-9, ya que la construcción del vial a principios de los ochenta ya obligó al derribo de la antigua casa de sus padres, que se construyeron después esta otra que ahora correrá la misma suerte.

Otro vecino que se encuentra pendiente de la expropiación es Rafael Baltasar Cela, aunque en su caso no es por una vivienda, sino por su garaje. "El proyecto contemplaba el derribo de solo la mitad, pero me quedaría inservible, así que ahora estoy a la espera de la respuesta de Audasa", explica.