Encarnación Santos, vecina de Tui, ha dejado un gran vacío en su familia y entre las personas que junto a ella han reivindicado durante años sus derechos como afectados por las preferentes y subordinadas. La plataforma do Baixo Miño la considera un ejemplo de mujer luchadora en este conflicto que sacudió a Galicia. Ella reclamaba los 150.000 euros que le habían arrebatado, acudía a las protestas y la sancionaron con una multa de 100 euros por utilizar ante el Concello de O Rosal "objetos contundentes que ponen en peligro la integridad de las personas", en referencia a una azada.