El gobierno gondomareño vive hoy un nuevo día D. Con la crispación como escenario ya habitual de las relaciones entre los integrantes del tripartito, la ruptura podría llegar a última hora de la tarde. La asamblea de Gondomar Concello Concello Aberto (CABE) debatirá una propuesta de abandono a partir de las siete de la tarde en el centro neural. Los simpatizantes de esta formación de unidad popular decidirán si sus tres concejales continúan o no en la gestión del Concello, horas después de que los de Manifesto rompiesen su silencio y lanzasen una reprimenda pública al alcalde a través de las redes sociales. Mientras tanto, el regidor socialista, Paco Ferreira, espera acontecimientos.

Las discrepancias vienen siendo constantes desde hace meses. Pero la gota que colmó el vaso llegó hace poco más de una semana. Fue en el pleno del pasado jueves 21. El alcalde propuso nombrar a Manuel Rodríguez juez de paz de forma unilateral, sin consultarlo con sus socios, y tuvo que enfrentarse a las críticas dentro y fuera del gobierno. El PP, en la oposición, abandonó la sesión mientras Manifesto y CABE se abstuvieron y el debate quedó sobre la mesa.

A raíz de aquella escenificación de la crisis, Manifesto Miñor publicó un comunicado en su blog y perfil de Facebook, en el que advertía al regidor de que "para gobernar con imposicións, non conte con nós", además de acusarlo de "faltar á verdade" al asegurar que les había comunicado su intención de nombrar al juez de paz con anterioridad al pleno.

Todo un ultimátum que el líder de Manifesto, Antonio Araúxo, teniente de alcalde y concejal de Urbanismo calificaba ayer como un "aviso" a Ferreira de que "debe cambiar a súa actitude para garantir o goberno". "O alcalde non pode ser un elemento desestabilizador, senon que debe ser unha figura de centralidade que reparta o xogo e acade os consensos necesarios deixando gobernar a cada concelleiro as súas áreas", explicaba.

Lo de CABE es más que una advertencia. La formación ya amagó con abandonar el gobierno en noviembre por las constantes "intromisiones" del regidor en sus áreas. Ahora la amenaza se plantea más seria. Al parecer sus tres ediles confirmaron esta semana que Ferreira había ordenado pagos a proveedores sin el consentimiento de uno de ellos, el concejal de Economía e Facenda, Pauliño del Río. "Una falta de respeto más que no se puede consentir", según han señalado fuentes de la fuerza de unidad popular.

A la espera de la decisión de CABE, Paco Ferreira aseguraba ayer conocer la situación a través de las redes sociales. "A min non me comunicaron nada. A xunta de goberno desta semana desenvolveuse con normalidade", dijo. Mostró su respeto a cualquier postura, aunque restó importancia a la situación. "Igual isto acaba en nada", agregó.