Oia ya tiene nueva alcaldesa. Esta vez del PP. Cristina Correa se proclamó vencedora del duelo, tal y como estaba previsto. Entre insultos y abucheos por parte de unos doscientos vecinos que acudieron indignados al debate de la moción de censura de populares y representantes de Converxencia Galega para desbancar a la socialista Rosa Otero, la nueva regidora asumió el cargo "na procura do mellor para o futuro dos veciños de Oia". Lo hizo con seis votos del total de once de la Corporación. Tres populares -todavía no se ha incorporado la cuarta edil del grupo, la sustituta del exalcalde Alejandro Rodríguez, que dimitió para favorecer la nueva coalición de gobierno- y otros tantos de los"converxentes", en quienes concentraron su ira los espectadores por su giro político. Respaldaron la investidura de la exregidora socialista en junio para garantizar un cambio en el Ayuntamiento y ayer otorgaron el mando a su oponente. Los tres ediles tuvieron que salir del consistorio escoltados por la Guardia Civil.

Ninguno de los presentes en el salón de sesiones escuchó el discurso de Correa, que recordó que "a moción de censura é un instrumento esencial do sistema democrático aínda que hai quen se empeña, cando lle convén, en facela un acto traidor e deleznable". Por eso se mostró convencida de que era la mejor opción tras "case cinco meses cun goberno con clara minoría ao que lle falta talante, capacidade para consensuar e humildade". Pero los gritos solapaban sus palabras.

Todos se callaron ante la intervención de la regidora saliente. "Síntome orgullosa de ter formado parte deste goberno porque fixemos un traballo digno e constructivo", recalcó Rosa Otero, antes de de la votación que la desalojó de la Alcaldía. Agradeció el apoyo a sus compañeros de grupo, a los trabajadores municipales, a su familia y a los socialistas, tanto de Oia como del entorno. Los alcaldes de Nigrán, Gondomar y A Guarda y numerosos ediles de la zona acudieron al acto para arroparla.

También hubo presencia popular, aunque menor. A Cristina Correa la respaldó la portavoz del PP en A Guarda, Concepción Otero, y la exalcaldesa de la misma localidad Purificación Álvarez.

Monedas y papeles mojados

Durante algo más de media hora que duró el pleno, se sucedieron los momentos de tensión. "Mentirosos", "caciques", "sinvergüenzas" fueron algunos de los improperios lanzados hacia el nuevo equipo de gobierno. A las palabras las acompañaron gestos simbólicos, especialmente para los concejales de Converxencia. Les tiraron monedas y les mostraron papeles mojados que contenían sus comunicados de prensa tras las elecciones, en los que se comprometían a "facer que o PP deixe de dirixir os destinos do noso pobo, que era unha das peticións que recibiamos cada vez que chegabamos a algunha casa para pedir o voto". Los acusaban así de "engañar" a su electorado.

Al término de la sesión, decenas de personas esperaban fuera para increpar al nuevo gobierno. La Guardia Civil escoltó a los convergentes. La alcaldesa esperó hasta pasadas las dos de la tarde para marcharse, cuando ya no había nadie. Pero antes se pasó por su nuevo despacho para acariciar el bastón de mando.