La discoteca Villa Rosa está precintada desde la pasada medianoche. El alcalde, Jesús Vázquez Almuiña, decretó ayer el sellado del local y la interposición de una denuncia por desobediencia contra sus propietarios ante la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, al considerar que desatendieron la orden de cierre temporal emitida el jueves por exceso de ruidos. Una medida que corresponde a un expediente abierto a causa de una denuncia vecinal durante la Festa da Arribada.

El responsable del establecimiento, Ezequiel Simons, alegó ante el Concello el mismo jueves el decreto del alcalde, según explicó ayer. Un trámite que, a su juicio, suspendía la orden de paralización de la actividad del negocio durante 15 días con multa de 1.500 euros. Por eso decidió abrir la sala la noche del jueves.

Pero el regidor desestimó ayer su alegación y ordenó el precinto del local. La Policía Local acudió allí para colocar los sellos en torno al as 00.00 horas, aunque el negocio ya se encontraba cerrado.

Simons asegura que el sellado del establecimiento responde a otro expediente municipal por causas urbanísticas, no por el relacionado con la contaminación acústica. En cualquier caso, anuncia que acudirá la próxima semana a los juzgados de Vigo para recurrir la orden del alcalde.