La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil ejecutará obras para acondicionar el cauce y las márgenes del paseo del río Regueiro, en el tramo urbano de A Cañiza, en que le costarán más de 50.000 euros. El presidente de la Confederación, Francisco Marín, y el alcalde de A Cañiza, Miguel Adolfo Domínguez, firmaron ayer el convenio que formaliza esta actuación.

Se construirá una senda peatonal en una franja paralela al río Regueiro que favorecerá la integración del cauce en el tramo urbano. Tendrá una longitud de 300 metros desde su origen, quince metros aguas arriba del lavadero existente en las inmediaciones del cruce de la Rúa do Regueiro con la Rúa Vilanova, hasta su finalización en la Rúa do Progreso.

Se emplearán bordillos de madera y suelos granulares con jabre estabilizado y se dotará a la zona de una pasarela de madera autóctona para la conexión de ambas márgenes del río. En el tramo final de la obra, más antropizado y con elevada pendiente, se ejecutará un pavimento de hormigón impreso.

Para completar estas actuaciones, se llevarán a cabo labores de revegetación y plantaciones complementarias, además de desbroces selectivos que faciliten el acceso al cauce y su sección original.

Agua del Calvo para Arbo

Durante el encuentro, el alcalde quiso conocer el estado de la solicitud de abastecimiento de agua a Arbo, que genera inquietud entre los vecinos de A Cañiza.

Marín le confirmó que ese expediente se inició en 2008 y, en base a la legislación vigente y a los informes técnicos de la Oficina de Planificación Hidrológica, se ha otorgado al Concello de Arbo la concesión de aguas de 10,9 litros por segundo (l/s) en el río Calvo, en A Cigarreira, con destino a abastecimiento de la población y usos industriales, que supone la mitad de lo que había solicitado.

Arbo tiene 12 meses para ejectuar las obras que le permitan llevar el agua a su municipio, si no lo hace en este tiempo caducará la concesión.

Además, Marín le explicó a Domínguez que Arbo tiene la obligación de dejar, como remanente en el cauce, el caudal suficiente que garantice las concesiones vigentes y que el canal de derivación cuente con un sistema que permita medir el caudal ecológico, lo que permitirá evitar la detracción de agua del río cuanto éste pueda verse comprometido, entre otras condiciones.