Hubo un tiempo en que el Tea había cientos de salmones que se pescaban para comer. Ahora no. Ahora no se pueden pescar ya que forman parte de un programa de repoblación.

Una estación de captura los coge, junto a otros peces, para pesarlos y medirlos, y después los deja marchar. Es la forma de controlar la evolución de la especie que todavía necesita un extra de limpieza del río para evolucionar.

Un grupo de estudiantes del colegio Santiago Apóstol asistieron a las charlas de los expertos medioambientales sobre las especies del Tea y el trabajo de la estación de captura. "Foi alucinante", contaba uno de los pequeños que comprobó como los técnicos sacaban del agua a los peces como si fueran animales domésticos y posteriormente volvían a soltarlos. Las charlas y la visita se enmarcaron en el día mundial de las Especies Migratorias, contando el Tea con un buen número de ellas.

Durante la visita, los responsables medioambientales explicaron que la población de salmón en el río Tea ha experimentado una clara recuperación en los últimos años. El incremento se ha producido tanto en el número de adultos, controlados en la estación de A Freixa, como en el número de juveniles, estimado mediante pesca eléctrica en los inventarios anuales, así como del número de esguines (juveniles que migran al mar), también controlados en A Freixa.

Paralelamente, se ha constatado un incremento del área de colonización en esta subcuenca, de modo que actualmente se pueden encontrar salmones en el Tea, incluso a la altura de Barciademera, en Covelo, aunque su captura esta prohibida y es sancionable con un expediente administrativo.

Conservar el medio

Los agentes animaron a los niños a colaborar en la preservación de medioambiente para que estos viajeros tan especiales "que llegan incluso de Groenlandia se encuentren todo en buen estado y les guste venir", explicaron.

También añadieron que la recuperación de la fauna piscícola es una labor de décadas "pero finalmente da resultados".