Ni lo nublado del día pudo restar belleza al velero. Con sus más de 90 metros de eslora, el Buque-Escuela Juan Sebastián de Elcano no pasó desapercibido en la bahía de Baiona, donde permaneció durante la jornada de ayer fondeado y recibiendo a visitantes y autoridades autonómicas.

Su presencia en la costa baionesa representa una muestra de apoyo a la candidatura de la ciudad a Patrimonio de la Humanidad que, junto con los pueblos de Santa Fe de Granada y Palos de la frontera (Huelva), es uno de los pueblos clave en el descubrimiento de América: el pueblo granadino fue testigo del pacto de navegación entre Cristóbal Colón y los Reyes Católicos, de Palos partieron las naves dirigidas por el almirante y, finalmente, fue Baiona la ciudad que recibió por primera vez a la Pinta, una de sus naves, con noticias del Nuevo Mundo. Por ello son conocidos como "pueblos colombinos". La candidatura ha recibido por el momento el apoyo de las autoridades locales y autonómicas, a espera de buenas noticias por parte de la UNESCO, el órgano encargado de conceder el título.

La apariencia antigua del navío, completamente cubierto de madera, es la característica que más llama la atención a los miles de visitantes que recibe diariamente en cada puerto en que descansa. Antes de abandonar el puerto, acudió a la embarcación el alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez Almuiña, acompañado por José Manuel Figueroa, vicepresidente de la Diputación de Pontevedra, el presidente de Portos de Galicia, José J. Durán Hermida, y la directora de turismo de la Xunta, Nava Castro, con ánimo de agradecer el apoyo de la Armada. Finalmente, y tras lucirse en una navegación circular por la bahía, el Elcano puso rumbo a Marín, donde pondrá fin a su 84 Crucero de Instrucción.

Una ciudad flotante

"Este barco es como una pequeña ciudad", comenta el oficial Juan Ros. En esta ciudad flotante se forman y conviven durante seis meses los Guardias Marinas, actualmente, 68 alumnos de la Escuela Naval que realizan el Crucero de Instrucción en su cuarto año de estudios. Como afirma el oficial, además de la instrucción técnica, aprenden "valores sociales", como el compañerismo, que los cualificarán como oficiales de la Armada.