La magistrada del Juzgado de lo Penal Número 2 de Vigo condena a un vecino de Camos a un año de prisión e inhabilitación para ejercer el derecho de sufragio pasivo por cometer un delito de estafa al comercializar madera ubicada en dos fincas que no le pertenecían. La sentencia lo obliga asimismo a devolver al comprador los 1.700 euros que le pagó por los troncos y a indemnizar con 580 euros a los dos verdaderos propietarios de los terrenos donde se ubicaban los árboles, en el monte de Cachada, en el barrio de Castelo.

Los hechos se produjeron en 2011. El condenado, J.F.L, vendió un total de 13 pinos y 22 eucaliptos a un empresario maderero por los citados 1.700 euros. La juez considera probado que J.F.R. obtuvo "un enriquecimiento ilícito" con la operación a sabiendas de que las propiedades no eran suyas. Hacía tan solo unos meses que las habían inscrito a nombre de los perjudicados ante notario tras repartir una herencia.