Con la llegada de la primavera, la pequeña carretera que lleva a la cima del Faro de Budiño va ganando usuarios. Como cada año desde esta fechas, cientos de personas de Vigo, Pontevedra y otras áreas urbanas de Galicia se acercan a Porriño para encaramarse a uno de los miradores más impresionantes del sur de Galicia, y que es, sin duda, uno de los referentes paisajístiticos de la comunidad gallega.

"Todos los años subo un par de veces al Faro", explica Manuel Rodríguez. "He visto cómo el paisaje ha cambiado a mis pies, durante años; he visto abajo cómo las canteras se comían una montaña, pero ahora menos".

Del Faro de Budiño llama la atención la roca que sobresale de la montaña bruscamente y que sirve para la escalada, pero los que suben no son únicamente deportistas -fundamentalmente que practican la escalada- sino amantes del paisaje.

Existe una carretera asfaltada que va hasta cerca de la cima, aunque la subida a un meredendero es ya de tierra. Allí está Penedo dos nenos, una impresionante roca que permite su entrada en la parte inferior, y se puede subir, aprovechando hendiduras de la piedra a la parte superior de la peña más alta donde se sitúa el punto geodésico. Desde el alto del Faro, en días claros, se divisa prácticamente todo el municipio e Porriño, pero también la línea del Miño Portugal, Tui, y varias localidades del Condado? "A mí siempre me ha impresionado el Faro de Budiño", explica el alcalde de Porriño. Nelson Santos, quien asegura que para su localidad es importante contar con espacios naturales como este mirador, o como As Gándaras, "que deben contribuir al perfecto funciona de nuestro ecosistema posibilitante que perviva la industria y la naturaleza".