Diversos estudios apuntan a la existencia de tierras raras, el nombre común de 17 elementos químicos o minerales, en la Serra do Galiñeiro. Sus aplicaciones son diversas en la industria. Se utilizan en la fabricación de fluorescentes, imanes, baterías, así como en teléfonos móviles de última generación, tabletas y ordenadores portátiles. Una firma multinacional con sede en Sudáfrica ha solicitado permiso a la Xunta para realizar un sondeo en los montes que se divisan desde Vigo y su área metropolitana y determinar la viabilidad de instalar allí una mina al aire libre. El Ejecutivo autonómico valora la propuesta y lo expone al público. El plazo de alegaciones está a punto de terminar y los cuarenta colectivos sociales, ecologistas, vecinales y deportivos que componen la Plataforma pola Defensa da Serra do Galiñeiro presentó ayer mismo en el Concello de Gondomar la suya, en la que explican su rechazo frontal al estudio y la posterior explotación.

La plataforma considera que el impacto ambiental de la planta extractiva sería "inasumible", ya que acabaría con los valores paisajísticos de la zona, así como con su riqueza medioambiental sobradamente contrastada por la existencia de innumerables especies zoológicas, nacientes de agua, variedades de plantas, explica Antón García, uno de sus portavoces.

Afonso Rodríguez recuerda también la función social que cumplen los montes de O Galiñeiro, como referencia de Vigo y su área en la práctica de deportes como el senderismo, la escalada, la equitación y "también como fuente de ingresos para numerosas comunidades de montes", que allí promueven explotaciones de ganadería ecológica, plantaciones de especies autóctonas o cultivos sostenibles como setas, castañas, entre otros. "Se echa por tierra la utilidad social de O Galiñeiro y se pone en manos de multinacionales", concluye Marcos Parada, otro miembro de la coordinadora.

Las consecuencias de la actividad minera serían, a juicio de los integrantes de la plataforma, "nefastas para la zona". El transporte de las tierras raras al puerto de Vigo se realizaría por las carreteras existentes. Inciden además en la contaminación que podría causar la extracción, puesto que, aseguran, emplea el uranio en sus procesos.