El ganado salvaje vuelve a causar situaciones de riesgo en las carreteras de Pazos de Borbén y Fornelos de Montes. Este problema, que llevan años denunciando los vecinos y los titulares de las comunidades de montes, volvió a quedar patente el pasado martes, cuando un conductor portugués atropelló durante la madrugada en San Adrián de Calvos a un caballo que atravesaba la calzada, en una zona de curvas de la carretera PO-250. Aunque en esta ocasión el accidente se saldó con daños materiales en el vehículo, ya que el conductor salió ileso, el siniestro evidencia el peligro que supone este ganado en los viales de la comarca.

El presidente de la comunidad de montes de San Adrián de Calvos, Alfonso Ventín, destacó la gravedad del problema, aunque reconoce que tiene difícil solución. "En esta ocasión el conductor tuvo suerte posiblemente porque llevaba un buen coche [un todocamino de la marca Audi] pero en cualquier momento se puede producir una desgracia", afirma.

El caballo arrollado por el vehículo tuvo que ser sacrificado por un veterinario, alertado por una patrulla de la Guardia Civil, ante los daños que presentaba el animal en sus patas. Los restos del equino continuaban ayer por la mañana junto al arcén de la carretera, a la espera de que el Concello proceda a su retirada.

El titular de los comuneros de Calvos recuerda que recientemente hubo otro caso similar en la zona, cuando un automovilista atropelló a un buey, por lo que cree que se deben tomar medidas. "Llevamos dos años intentando solucionar el asunto junto a otras comunidades de montes de Fornelos y Pazos, y hemos mantenido reuniones con responsables de Medio Rural, pero no se consigue nada porque el ganado carece de marcas y no se sabe quienes son sus dueños", concluye Ventín.