Dos siglos después, el Pazo dos Marqueses de Mos volvió a arder, esta vez con efectos especiales. Varias asociaciones mosenses fueron las encargadas ayer de recrear la invasión del ejército de Napoleón a su pueblo en 1809.

Repartidos los papeles, unos caracterizaron a los franceses y otros a los lugareños. A mediodía la parroquia de Mos se convirtió en un plató de cine, con decenas de actores pero sin cámaras. No faltó detalle y se escenificaron las hitos históricos claves: el saqueo del mercado del ejército del general Maucune, la captura de los marqueses y su familia, la emboscada de los héroes locales (el caudillo de San Antoíño y el comandante da Louriña, el fraile Francisco Giráldez) así como el ahorcamiento de varios franceses.

El final no tuvo sorpresas, el ejército invasor plantó fuego al pazo. Eso sí, en este caso la escenificación se limitó a un simulacro dirigido por un profesional de efectos especiales.

La fiesta "Arde o Pazo" destaca por su lograda caracterización y fidelidad a la historia de hace dos siglos. Sin embargo, no se limita a su aspecto teatral. Los organizadores, la Asociación Xuvenil Mos-keo Colectivo y el Círculo Cultural Santa Eulalia de Mos, la enriquecieron con un mercadillo de artesanía que incluyó productos gastronómicos como pulpo á feira y tabernas de la zona que ofrecieron vinos de la comarca. Asimismo, hubo demostraciones de oficios tradicionales como herrero, alfarero, tornero o carpintero.

Por la tarde, la fiesta se enriqueció con juegos tradicionales para los niños y una lucha dialéctica en clave de regueifa entre los populares Benito Lobariñas y Luis "O Caruncho", que encarnaron a un francés y a un gallego.

Además de charangas y pasacalles, los mosenses hicieron las paces con un taller de bailes franceses.