Un gran socavón de dos metros de diámetro y otros dos de profundidad obligó ayer a cerrar al tráfico un carril de circulación de la carretera N-550 (Redondela-Porriño) a la altura de la parroquia de Quintela.

El hundimiento de la calzada se produjo sobre las nueve de la mañana, cuando un conductor que circulaba por el vial alertó del suceso al 112. De inmediato el servicio de emergencias dio aviso a la Guardia Civil, Policía Local de Redondela y a los efectivos de mantenimiento de Carreteras para que procediesen a su señalización ante el riesgo que suponía para los vehículos.

El socavón se produjo en el centro de la calzada entre los kilómetros 144 y 145, en un tramo con tres carriles de circulación poco después del tanatorio de Mañó, en sentido a Porriño. Las grandes dimensiones del agujero obligaron a cerrar al tráfico el carril central , aunque al tratarse de un tramo con una vía lateral para vehículos lentos, no fue necesario interrumpir el tráfico.

Las causas del hundimiento todavía no se conocen, aunque desde la Policía Local indicaron que probablemente tuviesen incidencia las fuertes lluvias de los últimos días, puesto que en la zona había mucha tierra movida. La zona se señalizó con conos y una pala excavadora comenzó ayer a mediodía los trabajos para reparar la calzada.

Meses de obras

Este vial se encuentra desde hace meses en obras para mejorar la seguridad vial y renovar el asfalto. Precisamente la semana pasada las agrupaciones locales del BNG de los municipios de Redondela y Mos instaron al Ministerio de Fomento, en un escrito conjunto, a que remate las obras de la carretera N-550 en el tramo que une ambas localidades por el retraso que acumulan. Según los nacionalistas, hasta el momento sólo se realizó la primera fase de la obra, que consistió en levantar parte del firme a lo largo del trazado y después estuvo parada varias semanas sin que se realizara ningún tipo de mejoras, ni para el tráfico rodado, ni para la seguridad vial de los peatones.

Los representantes del BNG advertían de las molestias que causa a los conductores el precario estado en el que se encuentra el asfalto y alertaba del peligro que supone para los peatones que a diario transitan por la cuneta de la carretera.