Los jubilados de Chapela con pensiones mínimas, que durante una década disfrutaron del transporte de autobús gratuito en Vitrasa, reclaman al gobierno local redondelano que les financie la tarjeta "verde" para poder seguir viajando sin coste a la ciudad de Vigo.

El problema comenzó a principios de año cuando los usuarios, al proceder a la renovación anual de sus bonos (del tipo 1 y 2), se encontraron con la exigencia de aportar un certificado de empadronamiento en Vigo, un requisito impuesto por el gobierno de la ciudad olívica para evitar financiar un servicio a vecinos de otro ayuntamiento.

El malestar por esta situación crece mes a mes entre los jubilados de Chapela, al mismo ritmo que les van caducando las tarjetas y tienen que pagarse el billete cada vez que suben al autobús, puesto que se trata de un colectivo con escasas rentas, en algunos casos de menos de 400 euros mensuales. Ante el contratiempo que les produce este gasto en sus limitadas economías domésticas, reclaman a los responsables municipales que les financien el transporte urbano, al igual que hace el gobierno vigués con sus pensionistas.

"Vivo con una pensión de sólo 320 euros, que no me da ni para comer, así que mucho menos para pagar el autobús", lamenta Fernando Otero, que le caducó la tarjeta el pasado mes. "Para mí supone un grave problema porque tengo deficiencias en la vista y en la columna, por las que debo acudir casi todos los días al hospital", puntualiza.

Su situación es común a la de decenas de personas en la parroquia chapelana. "Las pensiones son muy bajas y coger el autobús se convierte en un lujo para nosotros. Creemos que lo que pedimos es asumible, sólo requiere un poco de esfuerzo y voluntad por parte de los dirigentes políticos", indica Benito González, que demuestra su sentido del humor al añadir que "no les saldremos muy caros porque somos viejos y no duraremos muchos años más".

Para la mayoría de estos usuarios el transporte es imprescindible, puesto que muchos tienen problemas de movilidad. "Con la edad ya casi no puedo caminar y padezco del corazón, así que el autobús me facilita mucho las cosas para hacer la compra, ir al médico...", explica María Alves.

Lucila Lago destaca que en los próximos meses le van a operar, por lo que tiene que ir con frecuencia al médico a Vigo. "El billete sencillo cuesta 1,13 euros, y con tarjeta se rebaja a 0,77, aunque para nosotros es un dineral puesto que con el coste actual de la vida la pensión no da para nada", comenta Lucila.

Otra de las quejas de los usuarios es que nadie les avisó de que no se renovarían. "Me enteré cuando fui con mi mujer a renovar la tarjeta y me dijeron que no podía porque residíamos en Redondela", critica Manuel Otero.

Los pensionistas aseguran que no se quedarán de brazos cruzados y, en caso de que el gobierno redondelano no atienda sus demandas, iniciarán movilizaciones para que se mantenga la gratuidad del transporte.