El templo votivo del mar de Panxón, una de las obras más importantes del prolífico arquitecto Antonio Palacios en la comarca miñorana, ya tiene su réplica en arena. Se encuentra a tan sólo unos trescientos metros de la iglesia que acoge a los fieles de la parroquia nigranense y está hecha de arena mojada con agua del mar. Los ya populares artistas David e Ingrid, checos de nacionalidad y nigranenses de adopción, han querido rendir un homenaje a los vecinos del entorno que tanto apoyo les prestan.

"Nos lo habían pedido en varias ocasiones y creemos que la iglesia es un símbolo para la gente de aquí, así que decidimos hacerla", afirma Ingrid. Su compañero es el que se encarga del grueso de la obra. En esta construcción ha empleado un mes y medio de trabajo bajo el sol. Pero el esfuerzo de la pareja no sólo se canaliza a través del arte de las figuras de arena. Pasan muchas noches en vela cuando terminan sus trabajos, ya que los animales del entorno y los vándalos terminan por destrozársela en la oscuridad. Para los bichos, colocan cañas alrededor de la figura, pero "a los gamberros no hay forma de pararlos", afirman desconcertados. Y es que David e Ingrid no entienden la motivación de los que van a la playa para echar por tierra sus horas de trabajo. "No hacemos daño a nadie", recalcan.

Después de dos años en el entorno y de la confección de numerosas composiciones de fantasía, David quiere continuar ahora con la promoción de los monumentos de Nigrán y trabaja ya en la construcción del puente románico de A Ramallosa.