Las obras del AVE siguen generando polémica en la parroquia de San Esteban de Negros. A la ocupación de propiedades sin expropiar y las molestias por los continuos ruidos se une ahora el cierre sin previo aviso de un camino vecinal que da acceso a veinte fincas del barrio de Pregal.

Los afectados aseguran que nadie les comunicó que se iba a cerrar el paso a sus propiedades, dedicadas a cultivos a pequeña escala, y se enteraron de casualidad el pasado viernes cuando uno de ellos se disponía a sulfatar sus viñedos. Los vecinos califican los hechos de "atropello" y reclaman a los responsables de las obras la apertura de una vía de acceso alternativo a sus terrenos.

En este sentido, la directiva de la Asociación de Vecinos de Negros se reunirá hoy con el alcalde de Redondela, Xaime Rei, para solicitarle que actúe como mediador ante la empresa constructora y el Ministerio de Fomento en defensa de los intereses de los ciudadanos, puesto que afirman que se siguen ocupando fincas y caminos públicos sin acuerdos previos con los propietarios y sin buscar caminos alternativos para poder acceder a las parcelas que todavía no han sido afectadas.

El colectivo vecinal recuerda que el pasado mes de mayo fueron convocados por Fomento varios propietarios para el levantamiento de actas y la gran mayoría de los afectados no llegó a un acuerdo por los precios "ridículos" que ofrecía la empresa contratada por el Ministerio para tal asunto. "Sin embargo, la semana pasada invadieron caminos públicos y se arrasaron fincas sin haber llegado a acuerdos con sus propietarios y dejaron sin paso a los vecinos de las fincas colindantes", denuncian desde la asociación, que califican los hechos de "abuso" por parte de la empresa.

Los vecinos puntualizan que nunca se opusieron al paso del AVE ni a cualquier otra infraestructura que beneficie al municipio, pero siempre que se respete a los ciudadanos y se paguen las expropiaciones a un precio justo.

Los residentes de la zona de Pregal también temen el inicio de los trabajos del túnel que atravesará el monte de A Madroa, previsto para principios del próximo años con la llegada de las dos tuneradoras, puesto que implica el paso constante de cientos de camiones diarios con la tierra que extraigan, causando molestias por el ruido, polvo e incremento de tráfico en la carretera N-555.