Apenas una semana duró en pie el mecanismo retráctil dispuesto para restringir el acceso de vehículos autorizados al casco histórico de Baiona. Si es notorio que falta un proceso de adaptación en cuanto a lectura de matrículas y de seguimiento de semáforos, este sábado el cilindro metálico que surge del pavimento para seleccionar accesos fue arrancado por un vehículo cuyo conductor creyó que tenía el paso expedito.

El acceso está restringido a 120 matrículas de residentes y el vado es intercambiable. Servicios, atención a enfermos y carga y descarga no tienen otra dificultad que la que se deriva de la pericia en el manejo y control de cámaras, y es observable cómo hay retenciones por esta causa.

De momento no se ha visto la efectividad de las medidas puestas en marcha para preservar el pavimento, evitar ruidos y garantizar la seguridad de los transeúntes.

Sobre ese particular, la asociación de vecinos del casco histórico (Cahiba) se reunió con el alcalde, Jesús Vázquez Almuiña, para exponerle la adopción de una serie de medidas que contribuyan al sosiego en la zona antigua, entre las cuales están las expuestas. El regidor baionés propuso una moratoria de quince días para considerar el alcance del acceso restringido y, en su caso, hacer las correcciones pertinentes.