A Conchi Regueiro Digón no se le atraganta el éxito, aunque sea en un ámbito tan exclusivo y difícil de escalar como el literario. Esta mujer de 39 años, nacida en Lugo pero criada en Tui, es la misma persona asequible, cercana y amable. Sólo una amplia sonrisa, más permanente, da una pista de que acaba de triunfar como autora de su sexta novela, esta vez de ficción, llamada "La moderna Atenea", que empezó a escribir en Ourense y terminó en Tui. La crítica así lo dice, con amplia referencia en revistas especializadas, como la escrita por Alfonso Merelas, y otras muchas que figuran en Internet. ¿El secreto?, "les ha gustado mi ejercicio de estilo, contando una historia que `engancha´", cuenta ella.

- Nadie más indicado que usted, su autora, para hablar de su nueva obra

- Es una novela de ciencia ficción pero con ejercicio de estilo y elementos ajenos a ese género. Tiene mucho de intriga e historia, que "engancha".

- ¿La lógica reserva sobre su trama le permite revelar qué elementos novedosos ha utilizado? ¿Qué va a encontrar primero el lector en la novela?

- Comienza con un índice de una revista sobre historia de una comarca y la noticia "bomba" de la muerte de la articulista, que yo me "cargo" inmediatamente. De hecho, no le dedico casi nada. Es un personaje que a pesar de estar muerto, tiene un gran peso en la historia, lo que no deja de sorprender.

- Algo habría escrito la articulista...

- En la trama, uno de los artículos que ella escribe recupera la historia de una filántropa. Está escrito sobre unas cartas que alguien ha prestado a la madre de la autora, fechadas en el siglo XIX.

- ¿Dónde está el misterio?

- Más que misterio es una "bola de nieve". A partir de esas cartas baladíes se descubre que quien las ha escrito está en un movimiento espiritista. Después sigue embrollándose la trama.

- ¿Qué ha pretendido al escribir "La moderna Atenea"?

-Contar una historia de ciencia ficción buscando alternativas novedosas y, de paso, recuperar una parte de la historia, desde el movimiento anarquista y el movimiento espiritista en el siglo XIX, cuando incluso se pedía formación en materia espiritista a los diputados en las Cortes españolas. Aparece en medio de la trama Amalia Domingo (que fue directora de una revista espiritista), Ángel Pestaña (anarquista), Francesc Ferrer (creador de la escuela nueva), entre otros personajes, para dar verosimilitud en la trama y hacerla más creíble.