Los seguidores del Celta se pegaron a la televisión para seguir un partido considerado como histórico del club vigués. Y muchos de ellos recordaron las experiencias vividas varios años antes, cuando el conjunto vigués también era uno de los grandes animadores de la ya desaparecida Copa de la UEFA.

Un recorrido realizado ayer por las calles de la ciudad desde las nueve de la tarde mostraba un paisaje peculiar. Antes de esa hora, algunos atascos. Esos que provocan el llegar a tiempo al sitio deseado. Pero después, las vías se quedaron desiertas, o casi. Algunos taxistas mantenían la guardia en sus paradas, los semaáoros se convirtieron en casi elementos de decoración y las grandes superificies y las tiendas se vaciaron. Un claro constraste con muchas cafeterías. En algunas era imposible encontrar un hueco desde muchos minutos antes. Buscar la ubicación ideal para ver la televisión se convirtió en una odisea.

Una imagen que se repitió por todo Vigo. En el centro de la ciudad era muy visible el 'desierto' en los lugares más emblemáticos. Solo alugunos apuraron hasta última hora para llegar a tiempo a una cita que nadie quería perderse.

Este particular paisaje en las calles se trasladó a las cafeterías. Allí, muchos no dudaron en asistir con camisetas y bufandas. Es algo que se puede también considerar como tradicional. Se podían ver las bufandas que el Celta repartió en Balaídos en el partido de ida disputado la semana pasada.

Las calles se quedaron vacías y muchas casas se llenaron. Y en ese aspecto encontramos dos versiones. Aquellos que preferían la soledad ante el televisor y los grupos que se unieron en una concentración que incluso llegó a reunir a multitud de familias.

Los más jóvenes, seguidores incondicionales y apasionados, fueron los que dieron la nota de color y dinamismo. La jornada, que ya queda para la historia, quedará grabada como inolvidable en muchos de ellos. "No todos los días jugamos ante el Manchester United y se vive una noche como ésta", decían. Y se unen al grupo que hace varios años sintió sensaciones similares. Al finalizar el partido de ayer comenzó otra historia, la de encajar el golpe, la de empezar a levantarse poco a poco.