Zvia Gordestky, de 53 años, permanece en huelga de hambre a las puertas de la Knéset, el Parlamento israelí, desde que ayer el comité legislativo pospusiera el debate de una propuesta de ley que le permitiría divorciarse de su marido, según informan medios locales.

Gordestky acumula ya 17 años de espera desde que solicitó por primera vez el divorcio y su marido lleva otros tantos años negándoselo.

En Israel el único matrimonio válido es el religioso y según los tribunales rabínicos solo se puede obtener el divorcio de una pareja si el hombre lo consiente.

El comité legislativo israelí decidió aplazar el debate sobre la propuesta de ley promovida por la parlamentaria Yael Cohen Paran, del partido Campo sionista, que permitiría al Estado anular los matrimonios de las mujeres que no pueden obtener el divorcio.

Gordestky decidió entonces protestar de este modo frente al Parlamento.

El marido, en la cárcel

Por su negativa, el marido de Gordestky lleva en la cárcel 16 años tras el dictamen de un tribunal rabínico en ese sentido. Pero la pareja sigue formalmente casada.

Ante esta situación, Zvia Gordetsky exige una solución: "He esperado durante 17 años, es tiempo suficiente", dijo al diario "Haaretz".