Nota publicada en prensa hace contadas fechas: "Dos párrocos prohíben festivales de corales con repertorio profano en sus iglesias".

Órdenes así son difíciles de creer, asimilar y menos compartir, por eso este modesto "escribidor" pretende dedicarle a las corales, por las que siente un gran respeto y admiración, unas líneas.

Coro, coral o agrupación vocal, es un conjunto de personas que interpretan piezas de música vocal de manera coordinada. Afortunadamente nuestra Comunidad, atenta siempre a propagar la cultura y conservar las tradiciones, no podía ser ajena a esta actividad que cuenta con un gran reconocimiento y seguidores. Por ello, no hay concello, pueblo o villa que se precie, que no tenga por lo menos uno. Y ya no digamos Vigo, pues es la ciudad española con más corales, 38 agrupadas en la "Asociación de Corales Polifónicas de Vigo" (Acopovi), siendo su mejor valedor el alcalde de la ciudad, Sr. Caballero.

La práctica del canto coral entraña un sentido de colectividad y es un esfuerzo de todos sus componentes, cuyos logros e ilusiones se hacen extensivos a todos los vecinos de la localidad en que nace el coro, la cual se siente representada por sus cantos. Sus componentes, para nada son profesionales de la música o del canto, son gente sencilla, obreros, empleados, funcionarios, miembros de distintos colectivos y jubilados que encuentran en su "coral" una relajación y satisfacción personal. Otro factor importante es el público, cuya implicación sobrepasa su mero papel de espectador y lo vive intensamente.

De siempre, han estado estrechamente ligadas a la Iglesia y el inicio de muchas fue un coro parroquial promovido por el párroco. Tampoco se puede olvidar que el término "coral" se utilizaba originalmente para designar los cantos que tenían lugar en la liturgia de la Iglesia, pero estos dos servidores de la misma parecen ignorarlo. También de todos es conocido que muchas tienen su lugar de ensayo en la iglesia de su parroquia y ya no digamos actuaciones y conciertos. Desde el punto de vista personal, comento que llevo asistido a muchos conciertos, bastantes en iglesias y como anécdota, en una ocasión que fui invitado por una coral de Vigo a acompañarlos a un concierto en A Coruña, ¿saben en dónde se celebró? Pues en una preciosa iglesia del centro de la ciudad.

Tampoco sería justo, hablando de corales, no dedicarle un merecido aplauso a todos sus componentes. Quizá muchos seguidores desconozcan que ser miembro de una coral no le reporta beneficio económico alguno sino todo lo contrario. Pero lo más importante es el tiempo que tienen que dedicarle para desplazamientos, ensayos y actuaciones. Se da el caso de que alguna de estas agrupaciones fija sus ensayos a las diez de la noche e incluso más tarde, para que sea compatible con los horarios laborales de sus componentes.

Por todo lo expuesto y por la labor cultural que realizan, para nada merecen este trato vejatorio. Y los feligreses, un respeto, máxime cuando todas en sus repertorios también incluyen música sacra, pero en conjunto, toda sumamente respetuosa con la sociedad y con las distintas creencias religiosas. Por eso, más triste es que haya personas que confunden el canto de nuestras corales con las chirigotas de los carnavales, que también merecen respeto, pero cada cosa en su sitio.

En los tiempos que corren no somos ajenos a que se intenten destruir todas las tradiciones sin respetar la historia ni la fe y la actuación de estos párrocos, aunque acaten órdenes del Arzobispado, no es la mejor manera de conservarlas ni de atraer a los fieles. Uno de ellos, quizá queriendo suavizar la situación y aminorar la indignación de los vecinos, propone que se envíe con anterioridad el programa al Arzobispado explicando que la localidad carece de auditorio. Qué triste que sucedan situaciones así, cuando creímos que en España la censura había desaparecido con la Dictadura.

Ya finalizo y para ello no encontré mejor manera de transcribir textualmente dos fragmentos de una reciente entrevista realizada por un prestigioso periódico al Papa Francisco. El primero, dirigido al pueblo español: "Pido a los españoles que dialoguen, si no como hermanos, al menos como civilizados. Si después del diálogo quieren insultarse, bueno, pero por lo menos dialogar. Si hay problemas, dialogar primero", es lo que contestó al ser consultado sobre el debate sobre la laicidad en España.

El otro fragmento, el Papa Francisco lo dirigió directamente a la Iglesia, advirtiéndole contra la seria tentación de vivir "anestesiados", sin contacto con la gente. "Quizás la enfermedad más peligrosa que puede tener un pastor proviene de la anestesia, y es el clericalismo" y finalizó con unas precisas líneas pronunciadas en el lenguaje criollo de su querida Argentina: "Vos sos pastor de esa gente. Si vos no cuidás a la gente o dejás de cuidarla, cerrá la puerta y jubilate", incide.

Cada uno que saque sus conclusiones, a quien corresponda, por favor, que tomen nota y a todos, muchas gracias.