La primera ley de Newton establece que un objeto permanecerá en reposo o con movimiento uniforme rectilíneo a menos que sobre él actúe una fuerza externa. Dicho de otra forma: nada cambiará en nuestra vida si no intentamos cambiarlo. Lo que me cuesta entender más es ¿por qué cada nuevo año nos empeñamos en obtener resultados diferentes haciendo lo mismo?, ¿por qué esperamos al milagroso comienzo de un año para acometer nuestros propósitos? Es como si la memoria del fracaso debiese ser borrada previamente poniendo el contador a cero de otros doce meses en los que los aciertos y desaciertos anteriores no nos puedan afectar. En cualquier caso, ¿por qué no ser más valientes, más temerarios y empezar cada día un nuevo año en lo que casi todo pueda ser posible si somos lo suficientemente valientes para luchar por nuestros pequeños grandes sueños? Porque tal vez el Nuevo Año Chino sea el verdadero, el Mapuche el 24 de junio, el Aimara el 21 de junio, el Xihuitl el 11 de marzo? Da igual el que elijas; invéntate el tuyo propio: ese que no te haga desperdiciar trescientos sesenta y cinco días esperando un milagro que casi nunca ocurrirá, ya que la única magia que existe es la que existe en el interior de tus propósitos convertidos en los sueños que te harán levantarte cada día; cada buen día, cada mal día? Cada día que tú creas que ese es en el que vas a conseguir tus metas.