Resulta chocante cómo, tras años de excelente labor informativa de la Fundación Josep Carreras, aún exista tanta desinformación sobre la donación de médula. Y digo desinformación porque a pesar de que -en general- se sabe de la dificultad de encontrar un donante compatible, aún existen muchos mitos que rodean el proceso de donación. Hacerse donante de médula no implica tener que realizar una donación efectiva, no así como sucede con otros tejidos como la sangre, donde sí se realiza una extracción que se guarda en el banco de sangre. Para hacerse donante de médula únicamente se debe tomar una pequeña muestra de saliva o sangre, la cual se analiza y se incorpora a la base de datos del Registro de Donantes de Médula Ósea (REDMO). En caso de existir compatibilidad con un paciente que precise de ser trasplantado, es el hematólogo quien decide qué método de extracción se debe emplear, aunque a día de hoy el 70% de donaciones se realiza por sangre periférica, es decir, un proceso tan sencillo como una donación de sangre. El trasplante de médula es en muchas ocasiones la única opción terapéutica para un paciente de leucemia u otras enfermedades hematológicas, y este es únicamente posible si en el Redmo u otros registros internacionales cuentan con un donante compatible, por lo que mientras no exista otro tratamiento solo podremos vencerlas unidos en equipo."