Permítame contarle nuestro viaje en el Alvia, porque tal vez ayude a otras personas en situaciones similares y se pongan los medios para evitar estos sucesos.

Antes de contarles nuestra pesadilla, quería dar las gracias a Marta (cirujano de Montecelo), a Antía (MIR en el Canalejo), a todas las personas que nos ayudaron y por supuesto al personal de abordo.

Viajábamos desde Zaragoza con destino a Vigo, primera parte del viaje en el AVE. En Madrid, embarcamos en el Alvia rumbo a Vigo.

Ya cerca de Zamora, mi cuñada se encontró mal, va a la cafetería, al poco de llegar allí se desmayó, mejor dicho se desplomó, cayó al suelo, no la podíamos mover, la gente que entraba, pasaba por encima de ella, tuvimos que protegerla, la azafata por megafonía pregunta si hay un médico entre los pasajeros, en pocos minutos están con nosotros, la arrastramos como pudimos quitándola del pasillo para que no molestase.

Preguntamos al interventor del tren si había algún asiento que se pudiese abatir del todo, nos dijo que no, en el botiquín no hay nada que ayude, pedimos una almohadilla y una manta, algo para poder taparla porque tiritaba de frío, abordo no había nada, tampoco una colchoneta, camilla o lo que fuese para poder ponerla un poco mejor. Con la chaqueta hicimos una almohada, la cubrimos con lo que llevábamos encima y la ropa de otras personas que nos ayudaban. Tirada en el suelo empezó a devolver, no había bolsas para recoger el vómito, mi hermano lo iba recogiendo con servilletas de papel. Luego nos dieron unas bolsas de basura, así pudimos aliviar en algo la situación, pusimos los bolsos contra las rejillas y con unas bolsas del polvo tapamos la salida de aire, que le daba a ella. Cada vez que intentábamos darle de beber, al incorporar la empeoraba.

Permaneció tirada en el suelo de la cafetería cuatro horas y media, hasta que llegamos a Vigo, nosotros de pie acompañándola.

Solo quería añadir que en el tren viajábamos más de 500 personas, iba lleno, ocho vagones completos, más el personal de abordo.

Me consta que esto no es la primera vez que sucede, ni será la última. Pero Renfe no lo soluciona, como primeros auxilios cuentan con lo que nunca falla, la ayuda solidaria e incondicional del ser humano.

Era fácil escribir haciendo una crítica, pero solo relato lo sucedido.