Estos días vuelve a estar de moda hablar del catalán Gerard Piqué, jugador del Fútbol Club Barcelona y también de la selección española. Esta vez para felicitarle por ese "solito" o "golazo" que le dio la victoria a "España" en el primer partido de nuestra selección en la Eurocopa.

Hace algún tiempo que tenía ganas de escribir esta "carta al director" sobre la conducta y expresiones del jugador catalán, porque en cierta ocasión un periodista le preguntó a Piqué sobre su relación personal con Arbeloa, jugador del Real Madrid, a la que contestó: "Diremos que conocido", y se formó la escandalera en los medios de comunicación, que creían que debería de haber dicho: "Somos amigos", o aún con mayor hipocresía: "Sí, somos muy amigos", con lo cual, aún siendo mentira, mucha gente se quedaría satisfecha y diría: "Muy bien por Piqué". Algunos/as de los que escriben o hablan de fútbol y de otras cosas en público deberían imponerse algo más en antropología antes de juzgar las palabras o las posturas de las personas de cada región española, pues según el refranero gallego "en cada sitio hai un uso, e cada roca ten seu fuso".

El catalán, catalán, por lo general, diría que es persona muy sincera -perdón por no saber decirlo más finamente-; o sea, dice lo que siente y no le "dora" la píldora a nadie para que la trague más fácilmente, porque es su forma natural de ser y de expresarse.

En otra ocasión también se expresó Piqué en cuanto a lo de ser catalán y o español a la vez, y él dijo: "Yo, ahora mismo, me siento español". Posiblemente quería decir: "Yo, con la camiseta roja, me siento español", y lo dice a su manera, sin más.

Ahora bien -para terminar, porque no debo ocupar más espacio-, todos los extremos son malos, y por lo tanto pienso que ni los gallegos deberíamos haber arrastrado durante siglos un complejo de inferioridad considerando que lo que venía de fuera era siempre mejor que lo nuestro ni los catalanes tanto complejo de superioridad, creyendo que lo catalán es siempre mejor que ninguno, porque hay otro sabio refrán que dice: "En el centro está la virtud".