La noticia del jubilado que es multado con 150 euros por reservar sitio en la primera línea de playa, con varias horas de antelación, me ha llevado a pensar en el sentido de la propiedad que tienen algunos, respecto de lo público.

No solo hay personas que quieren acaparar un trozo de playa, los hay que consideran propiedad privada playas o calas en las que han tomado el sol los del barrio "de toda la vida". Esto sucede en A Coruña pero probablemente en más ciudades costeras de nuestro país.

Mención aparte son las playas privadas de los ricos, en las que poder broncearse como les han traído al mundo, sin temor a los paparazzi.

Playas, montañas, ríos? son bienes naturales y forman parte de todos los que habitamos este mundo. No es justo privar del disfrute de los mismos, por unas costumbres egoístas e irracionales. Desde el momento en que no se quiere compartir la Naturaleza, se le está perdiendo el respeto. Nos hacen pensar que este o aquel espacio natural no es nuestro, con lo que nos excluyen, sin haber ningún tipo de justificación legal. Por si esto fuera poco, los que se consideran con derechos adquiridos sobre un bien común, tienden a descuidarlo y a convertirlo en algo manipulado que, paulatinamente, va perdiendo su encanto y su esencia.

En conclusión, a los que deseen tomar el sol este verano, déjenlos disfrutar en paz de las magníficas playas españolas, sin reproches, ni malas miradas, por favor.