Las navidades, época de compartir amor y regalos. Muchos serán los que escojan regalar a sus hijos, nietos o amistades un cachorro, un gatito o cualquier otro animalito. Regalar vida puede ser algo muy hermoso, pero por desgracia muchas de estas compras impulsivas de mascotas acabarán un tiempo después abandonadas, en la calle o incluso peor€, o en el mejor de los casos dados en adopción a alguno de los refugios, protectoras, asociaciones, que ya se encuentran totalmente saturadas.

Cabe preguntarse si tan difícil sería crear un sistema de control, como existe en otros lugares, para que cuando se detecten estas situaciones de saturación excesiva de estos centros se prohibiese temporalmente vender cachorros de criaderos comerciales, y en las tiendas se colaborase en la distribución de animales en adopción hasta que se solucionase la saturación, pero ese es otro tema.

Así que si estas navidades estás pensando en regalar o regalarte un animal, procura adoptar antes de comprar: no solo es más económico, sino que estarás ayudando además de al animal que adoptes, a todos los otros que permanezcan en el refugio, pues tendrán más para repartir a cada uno, y también a los encargados y voluntarios que colaboran en estos centros, usualmente mucho más dedicados y dispuestos a ayudarte tanto en la adquisición como en futuros contratiempos, que un dependiente que simplemente busca hacer ventas. Pero, aún antes de todo eso, piensa muy bien en todo lo que conlleva meter un animal en tu vida, todos los gastos y sacrificios, el tiempo y el espacio que requerirဠY todo eso durante diez, quince, veinte años, quizá más.

Sí, sin duda pocas cosas alegran más el corazón que la sonrisa de un niño cuando le regalan un animalito, pero recuerda siempre que estos "regalos" tienen su propio corazón, que sufren, padecen y se alegran como tú. La sonrisa de un niño es efímera y caprichosa, sencilla de conseguir de un millón de maneras. La vida, por el contrario, es preciosa e irrepetible. ¡Nunca la trates como a un juguete!