Los ojos aterrados de una niña de cinco años, oculta debajo de una cama como única protección ante lo que nadie debiera ser testigo nunca. Mientras con su último hálito de vida su madre le grita que corra, que huya de lo que ella no pudo huir: del miedo a una venganza en la pequeña María; de la necesidad de aguantar todo tipo de vejaciones a cambio de un techo donde cobijar un futuro para una familia que nunca llegó a ser de tres; de la falsa esperanza tras el milésimo "perdona amor, tú sabes que yo te quiero más que a nada en este mundo y que no volverá a pasar".

La madre de María ya no le podrá advertir a su hija acerca de aquellos y aquellas que consideran que el amor tóxico, ese que marca con el hierro candente el corazón de sus parejas como símbolo de una propiedad más, no es amor, sino todo lo contrario. Por desgracia aún seguiremos viendo año tras año como una mujer se enamora perdidamente de un hombre cariñoso y un poco celoso, hasta que esos falsos celos la terminen asfixiando mortalmente a ella, y a todo lo que ella quiera, porque es de su propiedad y nada ni nadie la podrá apartar de su dueño.

El único remedio para que María se vea liberada de un futuro escrito en sus estrellas, es que aquel que le robe su corazón sepa que no hace falta marcarlo y, eso, solo se aprende desde la igualdad y el respeto enseñado en los hogares y los colegios. Todo lo demás es tratar el daño ya hecho y a veces, ni eso:

Año 2007: 71 mujeres asesinadas /// Año 2008: 84 mujeres asesinadas /// Año 2009: 68 mujeres asesinadas /// Año 2010: 85 mujeres asesinadas /// Año 2011: 67 mujeres asesinadas /// Año 2012: 57 mujeres asesinadas /// Año 2013: 57 mujeres asesinadas /// Año 2014: 59 mujeres asesinadas.