Ojalá nuestros Gobernantes salgan del 27-S con la lección bien aprendida y dispuestos a tomarse en serio la tarea de desmontar mitos inventados por nacionalismos parásitos del Estado.

Falacias históricas impartidas en el sistema educativo catalán debieran ser ipso facto puestas de manifiesto y rebatidas con rigor histórico por el aparato universitario del Estado. Pero la ingenuidad gubernamental ha preferido pensar que con solo chascarrillos y un parche legal de última hora es posible desvanecer la deriva independentista. Ya, ya...

Se echan en falta hoy en España estadistas capaces de reconocer sin reservas que la marca "España" tiene cinco siglos de historia y un valor objetivo superior al del mero patriotismo constitucional. Es demencial que en 2015 nuestros estudiantes tengan que aprender la verdadera Historia de España en el sistema educativo suizo.