Casi todos los ciudadanos están al tanto del juego el Legado de Tibu. El funcionamiento es bien sencillo, te nominan, nominas a tres personas y te bañas. De lo contrario pagarás una mariscada a la persona que te nominó.

Hasta aquí todo normal, un juego, unos protagonistas y mucho sentido del humor. Pero, ¿qué pasa cuando el protagonista es un cargo público? En principio no tendría porque pasar nada. Es una decisión personal y libre participar en este juego de humor con la intención de querer pasar un rato simpático y divertido compartiéndolo con tus amistades.

Cuando un concejal electo toma posesión de su cargo, lo hace jurando o prometiendo por su conciencia y honor cumplir fielmente con las obligaciones de su cargo, con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental de nuestro Estado de Derecho. Esto implica un respeto por todas nuestras instituciones, como la Corona, así como a los símbolos del Estado.

Digo esto porque dos concejalas socialistas del Ayuntamiento de A Coruña aprovecharon su participación en este juego, una de ellas envuelta en la bandera de España, con una corona en la cabeza y una muñeca a la que llama Leonor, para hacer una parodia, mofarse, ridiculizar y menospreciar a la Institución de la Corona. Estas señoras, partidarias de la república, algo muy legítimo, han demostrado una absoluta falta de respeto hacia la mayoría de ciudadanos de este país partidarios de la monarquía. Un comportamiento muy poco ejemplarizante el demostrado por estas dos servidoras públicas y a las que la dirección de su partido debería conminar a pedir públicas disculpas.