¡Señores y señoras nacionalistas del mundo!

Me gustaría, como paisana gallega, persona española y ciudadana del mundo, decirles que, por favor, diferencien ustedes entre lo importante y lo urgente. Lo urgente quizá sea la independencia de sus comunidades o países. Sí, quizá sí, para sus egos y el de sus colaboradores y una pequeña parte de sus votantes que hacen mucho ruido y pocas nueces.

Lo importante, creo, señores, son los ancianos olvidados y descuidados, las mujeres y hombres que tras 20 o 30 años de dedicación a una empresa se quedan en el paro. Nuestros jóvenes que, después de toda una niñez, adolescencia y primera juventud estudiando fuerte, los que sí lo han hecho, se encuentren sin un sencillo trabajo al nivel de su preparación. Y lo más importante son los niños y niñas que a cortas edades no tienen a la hora de la merienda un alegre y nutriente bocadillo.

En Vigo, donde vivo actualmente, de mi casa a la oficina de correos más próxima, a la que voy a menudo, hay unos 250 m. En ese corto trayecto me encuentro con varias personas pidiendo, y no me refiero a las mafias organizadas, se diferencian bien éstas de los que piden por enfermedad o deshaucio. Y me encuentro con un comedor social con colas de suficientes metros como para darme vergüenza ser cómplice de este sistema obsoleto.

En otras comunidades que quieren la independencia resulta que, gracias al altruismo de personas entregadas, los niños y niñas de familias enteras en el paro pueden comer porque se lo dan gratis en los comedores.

Estas y otras muchas más cosas que podríamos seguir nombrando, ¿no les parecen a ustedes urgentes? Pues sí, lo son, urgentes e importantes.

¿Y, no les parece a ustedes que los nacionalismos, al igual que los imperialismos y los colonialismos, ya los debemos dejar bien atrás y atados, para seguir creciendo juntos con una política social y económica fuerte, llena de ética responsable y honesta, donde se respete la idiosincrasia y la riqueza cultural de cada autonomía o país?

Ocupen bien su tiempo, por favor, y denle buen beneficio y provecho a los impuestos de todos los ciudadanos, a los que les votan, o no. ¡Están ustedes para servir al pueblo, no lo olviden!