Me gustaría explicar a qué viene el revuelo originado con el nuevo baremo en el concurso de traslados para docentes.

Para cubrir las vacantes mientras no se convocan oposiciones, existe una lista por especialidad en la cual están todos aquellos que no obtuvieron plaza, a los cuales se va llamando por orden.

Sin embargo, en caso de convocatoria, la lista no se rehace de nuevo. Aquellos que ya han prestado servicios "fijan" su posición de modo que los nuevos siempre se colocan detrás de los que ya han trabajado antes. El requisito para permanecer en la lista indefinidamente es presentarse al examen cada vez que haya oposiciones. Basta sacar un cero, dicho sea de paso.

Hace unos años nos encontrábamos con unas listas en las que, mayoritariamente, estaba la misma gente desde hacía un montón de tiempo. No obtenían plaza y seguían en la lista sin dar oportunidad a otros que sí obtenían buenas notas. Pues en lugar de premiar a los mejores, la administración decidió convocar plazas "a medida" para "limpiar" la lista. Fuera examen práctico, adiós a la nota mínima en la parte teórica, eximimos de una parte a aquellos que llevan un tiempo trabajando y así, como el examen lo aprueban todos, los que obtienen plaza son los que tienen puntos acumulados por la dichosa lista.

El problema del concurso reside en que la Consellería ha decidido equiparar en el baremo de méritos la experiencia docente de aquellos que trabajaron gracias a la lista y los que lo hacíamos habiendo obtenido la plaza. Así que ahora da exactamente igual el haber aprobado o no. Juzguen ustedes mismos.