La experiencia nos dice que la calidad de las escuelas está relacionada con la implicación de los padres en la vida de los centros de enseñanza, y esa participación familiar será el único freno a la tendencia a convertir la educación en una relación mercantilista, porque lo que se les pide,en realidad,a los padres es que sean de verdad,socios de la escuela de sus hijos, ya que la integración de los padres es indispensable para prevenir problemas graves como la violencia o las drogas, que los profesores no pueden contener sin la cooperación familiar. A pesar de las dificultades de la participación de las asociaciones de padres, el crecimiento asociativo va en aumento y las familias empiezan a tener un papel destacado en el desarrollo de los colegios, ya que colaboran con los profesores en la extensión de los valores y pautas educativas que se consideran prioritarias en cada momento. Se acabó el aparcar a los niños en la escuela,los padres son los primeros responsables en la educación de sus hijos y los profesores para cumplir su cometido bien necesitan de la familia y de su colaboración completa, y la familia no puede estar ajena a lo que ocurre en el centro educativo que ha elegido para sus hijos.