¿Puede acertar el ADIF? Podría en teoría ser posible, pero visto lo visto, parece que no.

En Cataluña, errores en el estudio de consistencia del terreno, provocaron retrasos, grietas y molestias sin fin.

En Galicia, tras el fiasco de Serrabal, donde por no cambiar a un trazado original, se ponen en peligro seiscientos puestos de trabajo gallegos, como si tuviéramos demasiados, y se entierran ciento cuarenta y seis millones de toneladas del mejor cuarzo del mundo. Se equivocan, encima, en la expropiación en cuarenta y cinco mil metros cuadrados.

Luego también en Galicia, se equivocan y expropian dos empresas en Ourense, con peligro de doscientos cincuenta puestos de trabajo.

Y luego se equivocan, ¡qué raro! y han de cambiar un trazado que pasaba por el medio de una urbanización.

Y la fraga de Cecebre...

Pero la culpa, nunca, nunca es de los altos responsables de un organismo público que pagamos todos y que, en vez de trabajar, se dedican a rascarse los... trazados.

A ver si los ascienden de una vez y dejan trabajar a los técnicos, que habelos, hailos.