Guiseppina Ituzzi Pizzi es una venezolana de 42 años, que vive en Vilagarcía desde hace 14. Hija de italianos, y casada con un vecino de Santiago de Compostela, decidieron mudarse a Galicia después de vivir muy cerca de ellos una situación de secuestro. Licenciada en Administración de Empresas, Guiseppina Ituzzi tuvo una tienda de ropa en Vilagarcía durante algo más de una década.

Afirma que si bien es cierto que a principios de la década pasada "vino a Galicia muchísima gente de Venezuela", con el inicio de la crisis muchos optaron por regresar. No obstante, la gente ahora desea de nuevo entrar en España. "La situación en Venezuela ahora mismo es muy complicada. Hay una inseguridad tremenda, y falta de alimentos". Tanto es así que plantea que aunque en España la crisis haya hecho mucho daño, para muchos venezolanos la emigración sigue siendo un sueño. "Por lo menos aquí no te mueres de hambre".

Guiseppina Ituzzi explica que eligieron Vilagarcía "por su microclima", mucho menos lluvioso y húmedo que Santiago, y que ya conocía Galicia "porque antes de asentarnos aquí habíamos venido de vacaciones".

Afirma que nunca se sintió discriminada por su origen, y en su opinión para que el inmigrante se integre mejor en su nueva comunidad "es necesario adaptarse a las costumbres y la idiosincrasia del lugar al que llegas, y no esperar que sea al revés". Ella, de hecho, se ha implicado activamente en la vida asociativa, hasta el extremo de que llegó a ser presidenta de la asociación de padres de alumnos del colegio donde estudió su hija y vicepresidenta para Galicia de la Confederación de Colegios Católicos.

Sobre la posibilidad de que lleguen más venezolanos de clase media o baja a Galicia, señala que a no ser que tengan algún vínculo familiar de primero o segundo grado con gallegos "en estos momentos es prácticamente imposible".