El río Tamuxe discurre con fuerza por la Serra da Groba. En su accidentada caída hacia el río Miño, excava el pedregoso terreno dando lugar a pozas, cascadas y rápidos tan salvajes como hermosos.
Muy conocidas son las pozas de Loureza, en Oia, que cientos de bañistas visitan cada año para refrescarse lejos de las aglomeraciones de las playas. Sin embargo, más al norte, existe otro recóndito paraje menos popular pero de lo más atractivo.
Un puente de madera domina el área recreativa de Pozo do Arco, en la parroquia de Burgueira. Este une las dos orillas sobre el río Tamuxe y se eleva sobre una honda poza, de unos 11 metros de profundidad. La estructura forma parte de una senda circular, de unos 3 kilómetros, que discurre paralela al curso fluvial y al pie de la que se levantan dos molinos. El camino ofrece unas espectaculares vistas del río, que avanza en cascadas y rápidos, salvando en unos 200 metros un desnivel de otros 20.
Otra ruta circular de 12,5 km conecta Pozo do Arco con las pozas de Bugalleira y Loureza. Este recorrido incluye, además de los pasajes naturales, otros puntos de interés como los núcleos de Loureza, Refoxos y Burgueira, sus iglesias, y elementos etnográficos como molinos, puentes y cruceiros, entre otros.
El sendero ofrece, además, puntos desde los que disfrutar de las vistas al valle del Tamuxe y a la desembocadura del río Miño.
