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Otoño en las termas

El Parque das Caldas de Vizela muestra la belleza de las estaciones en este concello portugués

Uno de los rincones del Parque das Caldas, reflejados sobre el río en otoño. // vizela.pt

El otoño sigue su curso con su hermosa luz y los colores cambiantes de la vegetación. Un gran espacio natural que muestra toda su belleza en esta época es el Parque das Caldas de Vizela, creado entre 1884 y 1886 por el horticultor portuense José Marques Loureiro. Los árboles que plantó este paisajista portugués son hoy especies gigantescas que conforman bucólicos entornos en el que es uno de los principales atractivos de este concello balneario situado a diez kilómetros de Guimarães.

Fueron los romanos quienes construyeron los primeros baños aprovechando la calidad de las aguas sulfurosas que brotan de la tierra a una temperatura superior a 60º grados. En el siglo I antes de Cristo ya existía un primer complejo termal. Desde entonces hasta hoy no han cesado de afluir los visitantes. En el siglo XIX era uno de los balnearios de moda en Europa y la ciudad era ya conocida como "Rainha das Termas".

Además del gran complejo termal -donde se ubican varios de los nacientes, el balneario y el hotel-, Vizela conserva el espléndido parque con multitud de especies y un lago habitado por patos y cisnes. Considerado el pulmón verde de la urbe, invita al paseo al aire libre y a la práctica deportiva, ya que además de los senderos tiene pistas para bicicletas, tenis, minigolf y otras instalaciones.

En el interior del gran bosque se encuentran los manantiales conocidos desde antiguo, indicados para enfermedades de las vías respiratorias, reumáticas, músculo-esqueléticas o de piel, entre otras.

Además de la vertiente termal, el municipio de Vizela ofrece otros atractivos como sus diversos monumentos rodeados de bellos paisajes. Merece la pena subir al santuario de São Bento das Peras, ubicado en la colina del mismo nombre a 410 metros de altitud. Lugar de peregrinación de miles de devotos, ofrece unas magníficas vistas del entorno y del valle del río Vizela.

También es un excelente mirador el monte Santo Adrião, donde se encuentra la capilla da Senhora da Tocha. En el concello tampoco faltan las edificaciones solariegas como el Pazo de Gominhães, de origen medieval o la Casa de Sá. Dentro del patrimonio clasificado se engloba el puente romano, declarado monumento nacional. Aún en uso y en perfecto estado, formaba parte de la vía romana Amarante-Braga. Se asienta sobre tres arcos curvos de diferentes dimensiones, separados por pilares con contrafuertes.

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