Ea voz estelar de Judith Hill, una de las insignas del soul contemporáneo estadounidense, encierra la vocación legada de una estirpe birracial de músicos que alentó su formación como vocalista, pianista y compositora; pero también el cisma entre el potencial anónimo de las grandes coristas con respecto a las estrellas del pop-rock, como glosa su participación en el multipremiado documental "A veinte pasos de la fama" (2013); o el desgarro de la pérdida de su mentor e íntimo amigo, el icónico Prince, con quien volaba en dirección a Minnesota cuando el artista se desvaneció, seis días antes de su muerte, en 2016.
Un año antes, The Purple One produjo junto a Hill el que fuera su primer álbum para el sello NPG, titulado "Back in time" (2015), que marcó el inicio de una prometedora carrera en solitario para la artista, asidua acompañante de figuras como Stevie Wonder, Michael Jackson -a quien arropó en su última gira, "This is it"-, John Legend, George Benson o Chaka Khan. Poco después de su lanzamiento, Prince, acosado por los paparazzi junto a Hill, exclamó: "No me hagan las preguntas a mí, háganselas a ella, que pronto va a ser tan famosa que nunca más les atenderá".
En noviembre de 2018, Judith abrió su corazón para moldear su segundo trabajo, "Golden Child", más solitario, pero más Judith. Ambos repertorios nutren la gira que la llevará esta noche a Pontevedra.
- "Golden Child" es su segundo álbum después de su aclamado "Back in time". ¿En qué medida imprime pinceladas autobiográficas en este nuevo trabajo?
-Las canciones de este álbum se embarcan en un viaje personal a través del dolor por mlas relaciones pasadas y, al mismo tiempo, a la nostalgia de mis días de infancia. La canción "Golden Child", que da nombre al disco, remite a mi yo adulto del presente, que le habla a la niña que hay en mi interior. En este sentido, es una canción de autoconfirmación en el sentido de que los días mejores aún están por llegar, aunque el viaje haya sido muy largo.
- ¿Diría que con este disco se aproxima cada vez más a un sonido propio?
-Yo siempre busco hacer música orgánica y honesta. Prefiero eso a cualquier otro camino. La música es finita pero, como artistas, nuestro trabajo consiste en introducirnos en el mundo invisible del amor a través de las notas que tocamos y las letras que cantamos.
- En una palabra, ¿cuál es el estilo que define a Judith Hill?
-Me quedo con soul/funk.
- Aunque ha podido fichar por grandes sellos discográficos, siempre ha preferido mantenerse independiente. ¿Es la única manera de defender su libertad creativa?
-Prefiero mantenerme independiente y creativa, dejar que la creatividad fluya sin interferencias. Los grandes sellos pueden desempeñar un papel relevante si se diera el caso de que, en un contexto concreto, mi propio flow y su flow coincidan y se alineen.
- Algunas canciones de su último disco, como "Queen of the will" [Reina de la voluntad], rinden homenaje a "la fortaleza femenina", como usted misma ha declarado. ¿La música sigue siendo un terreno desigual para hombres y mujeres?
-Creo que la gente celebra a las artistas femeninas incluso más que las propias cantantes. Pero las mujeres seguimos luchando por avanzar hacia unas condiciones igualitarias en la música desde el ámbito empresarial y, poco a poco, eso está cambiando; sobre todo, ahora, que las mujeres nos estamos uniendo cada vez más para luchar por nuestros derechos y concienciar sobre una realidad desigual manifiesta.
- En 2013 participó en el oscarizado documental "A veinte pasos de la fama", un homenaje a las coristas que siempre han permanecido en segundo plano con respecto a las grandes estrellas de la música. ¿Esta realidad sigue vigente?
-No, no lo creo. Creo que quien tenga algo que decir encontrará la pasión y la convicción para hacerlo, ya sea habiendo cantado en un millón de escenarios o en unos pocos. La experiencia de ser una cantante de fondo para grandes artistas puede conducirte hacia una carrera en solitario, como ha sido mi caso, o no. Solo depende de lo que tú quieras y luches.
- A lo largo de su trayectoria ha cantado con grandes artistas como Prince, Michael Jackson o Stevie Wonder, entre muchos otros. ¿Cómo ha influido este contacto en su forma de concebir la música?
-Me permitió ver lo que es posible. Yo he visto la cima de la montaña y sé lo alto que se puede llegar. Me siento honrada por haber compartido escenario con estas grandes estrellas de la música. Sin embargo, este 2019 estoy llamada a mirar más allá de lo que la propia música puede ofrecer. Solo hay 12 notas en la escala y que hemos reciclado hacia muchas de las mismas variaciones a lo largo de los años. Por eso, creo que es importante buscar en Dios la verdadera inspiración, porque es el único que puede dar vida y, con frecuencia, utiliza la música como vehículo si nosotros se lo permitimos.
- Bajo su perspectiva como artista birracial, dada su ascendencia africano-japonesa, ¿cómo vive el auge de las potencias ultraderechistas y del racismo en un contexto mundial marcado por las fronteras, los muros y la tragedia de los refugiados?
-Como artista birracial, mi corazón se aflige al ver que el racismo y algunas de las mismas fobias regresan a este planeta a una escala tan agresiva. Una vez más, volvemos a vivir una época en la que tenemos que luchar por los derechos humanos fundamentales. Por mi parte, creo que la música es una fuerza impulsora para reemplazar el odio por el amor y devolver la compasión y la humanidad al mundo.
- ¿Planea lanzar un nuevo álbum pronto y, en tal caso, ha marcado ya sus derroteros creativos?
-Sí, puedo decir que en estos momentos estoy trabajando en un nuevo álbum. Todavía estoy en una etapa muy germinal, así que es demasiado pronto para describirlo; sin embargo, estoy muy emocionada con algunas de las canciones que están emergiendo de mi interior.
CONCIERTO
- CUÁNDO: Viernes 26 julio 22.30
- DÓNDE: Festival de Jazz de Pontevedra . Praza da Ferrería.
- CUÁNTO: Entrada gratuita.
