El cine también peina canas. Porque acumula unos cuantos años a sus espaldas y porque cada vez más, en línea con la evolución social, da más cabida a historias protagonizadas por mayores. Esta de Campanella, versión de otra obra argentina, es una picaresca y simpática pieza en formato de fábula y con mucho humor negro donde conviven desde "El crepúsculo de los dioses" a los crímenes que investigaba la señorita Marple. El resultado cinematográfico de esta batalla, simplificando mucho, entre la soberbia de la juventud y la sabiduría de la vejez, no es "El hijo de la novia", pero sí una obra encantadora y entretenida que permite disfrutar de un talento al que los años le sientan como al vino.
