Gerardo Olivares (Córdoba, 1964), reúne en "4 Latas" a Jean Reno, Hovik Keuchkerian, Susana Abaitua, Arturo Valls y Quique San Francisco. Rodada entre Canarias, Marruecos y Senegal, la trama lleva a los personajes a cruzar el desierto del Sáhara hasta Mali para encontrarse allí con un amigo enfermo, Joseba (Quique San Francisco). La película parte de la experiencia del propio director cordobés, cuando hizo este trayecto con un Seat Panda en la década de los 90.
- ¿Cómo fue rodar en el desierto?
-Para mí no fue un problema grande rodar allí, ya había trabajado en el desierto otras películas y en condiciones muy duras también. "14 Kilómetros" (2006) por ejemplo, la rodamos en Malí y en Níger y allí no había insfraestructura alguna y dormíamos en tiendas de campaña, mientras que en Marruecos si que hay una tradición de rodajes, los míticos estudios Atlas, en Ouarzazate, donde se han rodado grandes producciones americanas, es decir que había una buena infraestructura para trabajar. El rodaje duró dos meses.
- ¿Cómo fue el trabajo con los actores y actrices?. Ya había dirigido anteriormente a Jean Reno.
-Sí, yo trabajé con él en 2014, rodé una película con él en el norte de Italia, Hermanos del viento. Estando allí en ese rodaje, una noche cenando con él me preguntó si estaba pensado en algún nuevo proyecto, una nueva película, y le conté esta historia, que me gustaría llevarla al cine, y me dijo: "Si la escribes, yo la hago". Y de alguna manera fue el que me dió el empujón para llevar "4 Latas" al cine. En cierta manera, la escribí para él después de que animara a hacerla.
- Usted hizo esta ruta por desierto en 1990 con un Seat Panda y ahora ficciona ese viaje cambiando de personajes y de montura, un Renault 4.
-Fui con un amigo hasta la frontera con Malí en un Seat Panda, y allí conocí a unos franceses que bajaban en un Peugeot 504 de segunda mano, hechos una mierda, y cruzaban el Sáhara y los vendían en Malí y en Níger, si llegaban claro, y me empezaron a contar historias de esta travesía, y de lo que fue un movimiento que a finales de los 70 y principio de los 80 se hizo bastante popular entre la gente joven que quería vivir la aventura de su vida. Compraban estos coches de segunda mano, cruzaban el desierto, y si llegaban y se lo pagaban bien les daba para el viaje de vuelta en avión. Todas esas historias que me contaron los franceses y otros viajes que he hecho por el Sáhara y un montón de anécdotas, al final he ido armando así "4 Latas", que también puede ser un poco mi biografía por los diferentes viajes que he hecho por esta zona.
- La película es parte de una experiencia de vida, en este caso la suya.
-Efectivamente. Esta película tiene mucho de mí en este sentido [risas].
- Usted se ha forjado como documentalista, con unas 90 producciones, antes de meter la cabeza en el cine de ficción. Y según ha manifestado con anterioridad, su rol era el de capturar la realidad, lo que ocurría a su alrededor, hasta que decidió que fuera usted el que provocara esa acción fílmica.
-Yo nunca imaginé ni estaba en mi planteamiento de vida dedicarme al cine. Estaba muy a gusto con mis documentales, mi equipo pequeñito, viajando por el mundo, grabando lo que sucedía delante de la cámara sin provocar nada, pero fue en un viaje que hice por el desierto del Teneré, al norte de Níger, con una caravana de camellos, que hice con ellos durante 40 días, con unos nómadas tuareg, y claro, allí empecé a ficcionar un poquito con estos tuaregs. Me gustó mucho la experiencia y el resultado, y por ahí empecé a ficcionar. Mi entrada en el mundo del cine fue muy accidental, y me encanta porque sigo combinando la ficción con el documental. Ahora por ejemplo, estoy con un nuevo documental, me voy a Arabia Saudí, y aunque me encanta la ficción pero no olvido nunca el documental. De hecho, el último documental que he hecho es "Dos cataluñas" (2018), que está en Netflix. O sea, que sigo ahí.
- "Dos cataluñas" le reportó el premio Cine para la Paz y la Justicia del Festival Cinema for Peace, y que no recogió por la presencia en la gala de Carles Puigdemont.
-Sí, bueno [risas].
- Doy por hecho que su gesto de rechazo se debe a que no quiere que se utilice su trabajo con fines políticos.
-Sobre todo porque tuvimos muchísimo cuidado, durante el proceso de posproducción del documental, de ser muy equilibrados y lo más objetivos posibles, y veíamos que en esa entrega de premios, de alguna manera, se politizaba el acto al estar solamente presente una parte del documental.
- Tras el estreno en las salas españolas, "4 Latas" se podrá visionar en Netflix.
-La llegada de plataformas como Netflix, HBO o Amazon, etc, y las que están por llegar todavía, lo que ha hecho es agitar la industria cinematográfica para bien. Es decir, ahora se está produciendo más que nunca, España se está conviertiendo en un centro de producción de contenidos para estas plataformas, esto crea muchos puestos de trabajo, está dando la oportunidad a los creadores de seguir haciendo películas y series, y me parece muy bien.
