Los bolsos son una auténtica obsesión para millones de mujeres en todo el mundo que no pueden vivir sin un accesorio que en muchas ocasiones es bastante más que eso y condiciona el resto del vestuario. Si algo caracteriza a los bolsos más bonitos de la próxima temporada otoño-invierno es su marcado estilo femenino, su pequeño tamaño y unas líneas exquisitas que los hacen completamente intemporales.
Es el momento de recuperar las limosneras de toda la vida, con borlas a modo de adorno, elaboradas en satén o en terciopelo. Los bolsos con cadena para colgar del hombro o cruzar a modo de bandolera son otra de las posibilidades que aparecen en la mayoría de las colecciones.
A la hora de elegir colores es bueno pensar en el vestuario, aunque cada vez están más de moda los contrastes. A la mayor parte de las mujeres les gusta ese bolso que no es ni muy grande ni pequeño, en el que cabe de todo; poco pesado y muy versátil. La clave es compensar las líneas y curvas del cuerpo. Por eso conviene elegir un bolso o bandolera con la forma opuesta a la figura. Una chica alta sin muchas curvas puede llevar un bolso grande. En cambio a una bajita y menuda le van genial los bolsos pequeños.
Desde principios del siglo XX el bolso se convirtió en un complemento que debía hacer juego con zapatos y vestidos. En las décadas de los cuarenta y los cincuenta eran el detalle imprescindible que confería elegancia a la mujer que sabía conjuntarlos. Modistas, perfumistas y joyeros pusieron su creatividad al servicio del bolso. El parisino Hermès creó un bolso que se hizo clásico en manos de Grace Kelly y Gucci ideó el modelo que luego se conoció como "Jackie", por ser el preferido de la esposa del presidente Kennedy.