Iván Ferreiro y Eladio y los Seres Queridos son otros artistas que lo conocen y apoyan a este vigués, gran aficionado a la fotografía. Paul Iglesias, conocido en el mundillo musical como Paul Chícharo, es el "ojo público" de la escena musical gallega y del norte de Portugal. Si el "ojo público" de la película, interpretado por Joe Pesci, era un fotógrafo de sucesos que siempre lograba llegar al lugar del crimen al mismo tiempo que la policía, Paul Chícharo, con su iPhone a punto, consigue grabar esos momentos históricos de los conciertos -versiones inesperadas, improvisaciones o colaboraciones no anunciadas- a los que no pueden acceder los fotógrafos y camarógrafos profesionales, casi siempre limitados a las tres primeras canciones de los recitales. Gracias a este "guisante gallego" han quedado para la posteridad momentos irrepetibles, como la reunión de Iván Ferreiro y Fon Román, los dos exmiembros de Los Piratas largamente distanciados, en el Festival PortAmérica del pasado año, tocando "Años 80". Y en primerísimo plano. Aunque hay vídeos que superan las decenas de miles de reproducciones, el valor del canal de Paul Chícharo no reside tanto en la cantidad de visionados como en la diversidad y la oportunidad de muchas de las grabaciones subidas a lo largo de cuatro años.
No hay afán lucrativo. Paul sube lo que le gusta, desde actuaciones de Yomelo Montosolo y Ari Magritte, músicos habituales de la microescena viguesa de actuaciones del barrio de Casablanca, hasta fragmentos de conciertos multitudinarios de Coldplay y Muse en el Estadio do Dragão de Oporto. "Podría estar ganando unas perras con esto, haciéndome youtuber, pero soy un romántico y no quiero sacar beneficio económico", asegura.
La historia del "Chícharo" está íntimamente ligada a Love of Lesbian. Durante la gira del álbum "1999" (2009), Paul y una amiga suya (María "Chíchara") empezaron a seguir a la banda allí donde solían tocar y decidieron confeccionar una bandera que acabaría acompañándolos toda la gira. "En ella reivindicábamos la nacionalidad gallega para el amante guisante de su famosa canción ["Te hiero mucho (Historia del amante guisante)", de "1999"]. La bandera rezaba: ´O amante Chícharo é galego´. Llegó a estar en el escenario en varias ocasiones".
Un día después de un concierto, el cantante, Santi Balmes se le acercó y le llamó Chícharo. "El resto son historias que contar. ¿Qué va a hacer un fan si el cantante de la banda que sigue le pone un apodo?", comenta.
La relación de Paul con el grupo catalán se afianzó cuando lo subieron al escenario en un concierto en la playa de Riazor de A Coruña en agosto de 2014, dentro del festival Noroeste Pop Rock. Por supuesto, aprovechó para inmortalizarlo en vídeo, mientras tocaban "Fantástico". "Fue un subidón tan grande de adrenalina que estuve 48 horas sin dormir -dice Chícharo, que asegura no recordar mucho de aquello por la emoción-. Recuerdo que encontré a Santi [Balmes], que se había quedado con la familia a pasar unos días en El Náutico de San Vicente dos días después del concierto. Se lo comenté y me dijo que era normal. Había unas 20.000 personas allí abajo, que se dice pronto. Fueron de los mejores diez minutos de mi vida".
Love of Lesbian es el grupo al que Paul ha seguido más lejos, hasta Salamanca, Madrid o Londres, adonde ha ido a verlos en tres ocasiones, la última hace unas semanas. "Las tres veces he diseñado una camiseta con mi amigo Centollo con la que Santi ha cantado allí. Trajo suerte la primera vez y hay que seguir las tradiciones británicas", bromea.
Un fan nada fatal
La simpatía es mutua. Lo contaba Santi Balmes a VISADO en una entrevista publicada el pasado mes de mayo: "Paul es colega nuestro. A veces estableces una conexión con un fan desde tiempos inmemoriales. Está el fan que te tiene completamente idealizado, que piensa que vas a vomitar poesía cada vez que hablas, o gente que te habla de tú a tú, como Paul Chícharo, que a mí me ha llevado al aeropuerto. Es un tío de puta madre, muy cabal y muy cachondo. Conectas con él porque tiene una vibra especial".
"Lo de Love of Lesbian es una historia muy larga y muy bonita -apunta Chícharo-. Tengo muy buena relación con ellos. Además de gustarme musicalmente, los quiero mucho a todos. Se han portado siempre fenomenal con nosotros y les debo mucho. Te podría hablar tanto de anécdotas con ellos que tendríamos que volver a sacar fascículos los domingos. Algún día me sentaré y escribiré ´A historia do amante Chícharo´. Si hay algún editor leyendo, que me llame".
A la pregunta de cuál es su grupo favorito, Chícharo se lo piensa y responde que Depeche Mode, a los que solamente ha podido ver tres veces, la primera de ellas en el estadio de Pasarón en 1993. Entre los solistas, su artista favorito es el vigués Nicolás Pastoriza. "No toca tanto como me gustaría, aunque siempre que puedo voy a verle. A ver si saca disco pronto". Y a quien más veces ha visto en directo es, sin duda, Iván Ferreiro. "Soy muy fan de Rai Doriva [el personaje que Iván Ferreiro utilizaba cuando tocaba medio de incógnito en El Ensanche]. Siempre iba a sus conciertos, y como siempre estaban Iván y Amaro, pues el roce hace el cariño y ahí sigo después de 25 añazos. Tuve la suerte de escuchar las primeras maquetas de Los Piratas", asegura.
El propio Iván Ferreiro tuiteaba en marzo pasado una frase de agradecimiento a Paul Chícharo, que había recogido en vídeo la canción "Margot" (Pereza) interpretada por Rubén Pozo y el propio Ferreiro en La Fábrica de Chocolate (Vigo): "Qué buenas canciones hace @RubenPozoPrats y qué bien nos graba a todos @paulchicharo. Agradecido", ponía en Twitter el músico vigués.
Conocer a tantos artistas y tener tan buen rollo con ellos no es sinónimo de ir "de gorra", algo de lo que Chícharo abomina. "Siempre pago las entradas. No voy a negar que a algún concierto me han invitado, pero me sobran dedos en las manos para contarlos", subraya. "Me da mucha vergüenza pedir invitación y solo lo hago en caso de que se hayan agotado las entradas. Por problemas de horarios en el trabajo nunca sé si puedo asistir hasta unos días antes, y claro, muchas veces me coge el toro".
Tiene palabras de agradecimiento para productoras gallegas como Esmerarte y Ernie, así como para Eladio y Los Seres Queridos, que "son todo amor". Sin embargo, también ha sufrido decepciones. "El año pasado cubrí, tanto en Pontevedra como en Oporto, la presentación de los #RiasBaixasFest. Siempre intento apoyar en todo lo que puedo todo lo que se hace por aquí. Pues después me encontré que pedí acreditación para cubrir el Atlantic Fest y me la negaron. Me dolió bastante, sinceramente. Quieren que me haga bloguero y no me da la gana", explica.
Echando su vistazo a su canal de YouTube, con más de 1.100 vídeos subidos de los más diversos grupos [Placebo, Morrissey, Beirut, Franz Ferdinand, León Benavente, Killer Barbies, Sidonie y un larguísimo etcétera], se puede pensar que Paul Chícharo es de los que no se pierde una, pero no es así. "Suelo ver a unos cincuenta grupos por año. Ojalá pudieran ser más, pero no hay tiempo ni dinero para hacerlo -explica-. Me dedico a la hostelería, por lo que trabajo casi todos los fines de semana, y además no llego ni a mileurista".
Pese a que los grupos aprueban y apoyan la labor desinteresada de Chícharo, recientemente YouTube eliminó uno de sus vídeos aduciendo una violación de derechos de autor. Le denunció Warner, la discográfica que lleva precisamente a Love of Lesbian y a Iván Ferreiro. "Son los más reproducidos en mi canal. Todos tienen los derechos reclamados, por lo que además de hacerles difusión, creo que ellos sí sacan un dinerillo con cada visita. Me ha cabreado bastante", reconoce Chícharo, que admite también sentir "un miedo terrible" ante la posibilidad de que YouTube cancele su canal. "Es mi legado a las generaciones futuras. Ya me hubiera gustado a mí que existiese un Chícharo en los 80, por ejemplo, y poder ver algún vídeo ahora de Golpes Bajos".
La "burbuja festivaleira"
Pocos aficionados pueden tener una opinión mejor formada sobre los festivales de Galicia y el norte de Portugal que Paul Chícharo. Y tiene claro que su favorito es el NOS Primavera Sound. "Uno ya tiene una edad y busca la comodidad ante todo, y el NPS me lo ofrece todo -apunta-. El público portugués es superamable y muy respetuoso, y unos grandes anfitriones con los que vamos de fuera. Por otro lado, ofrecen una oferta gastronómica amplísima con unas zonas para comer a la sombra espectaculares. Además, en lo que a cartel se refiere, no conozco nunca al 75 % de los grupos, por lo que todos los años vuelves con algún nuevo descubrimiento".
Pese a lo que parece, Paul Chícharo no se considera "festivalero": prefiere ver a sus grupos favoritos tocar durante dos o tres horas. "El formato festival te permite ver a muchas bandas por un precio mucho mas reducido, pero no me gusta nada, por ejemplo, que para ver a Depeche Mode me tenga que ir al BBK [de Bilbao]. Espero que la burbuja festivalera estalle pronto. Hay demasiados y no me gusta nada hacia dónde apuntan las cosas". También destaca festivales de pequeño formato donde se lo pasa muy bien, como el Surfing the Lérez (Pontevedra) y el Festival de Cans (Porriño). "Me gustaba mucho el desaparecido Pulpopop en O Barco y disfruté como un enano en el Vigo Transforma, ojalá vuelva algún día".
En teoría está prohibido grabar en casi todos los conciertos, aunque la omnipresencia de teléfonos inteligentes hace prácticamente imposible hacer cumplir esta norma en los recintos al aire libre. Otra cosa son las salas cerradas y con el público sentado. "Los de seguridad del Auditorio Mar de Vigo son bastante bravos -ironiza Chícharo-. A veces el artista no quiere que le graben y hay que respetarlo, pero en el Auditorio suele ser la tónica habitual. Recuerdo que en el último bolo de Raphael tuvimos algún rifirrafe por grabar. Algún vídeo tenéis en el canal, de todas formas. Por lo demás nunca tuve el más mínimo problema", asegura.
Todo empezó con "parchís"
Lo de estar cerca de los artistas comenzó, según Paul Chícharo, cuando tenía solo tres años. "Vino [el grupo infantil] Parchís a las fiestas de San Roque [en una fiesta para el personal de Citroën] y mi padre me sentó en el escenario a verlos. Lo recuerdo perfectamente". Décadas después llegaron los móviles con cámara, una bendición para muchos y una maldición para otros tantos, si se pasa del uso al abuso. Por eso suele limitarse a grabar solo un par de vídeos en cada concierto. "En sitios como el Náutico de San Vicente do Mar, donde me dejan meterme en un lateral sin molestar, apoyo la cámara en un altavoz y sí que me traigo más vídeos. A mí lo que realmente me apasiona es la fotografía, ahí sí que disfruto un montón, retratando a los músicos", agrega.
Chícharo está de acuerdo con la mayoría de los artículos que se han escrito sobre las molestias que causan quienes se pasan todo el concierto grabando y tapando la visión a otros espectadores. "Todo es cuestión de educación y en España hay poca -lamenta-. Yo intento siempre no molestar, me hago la cola para estar delante y tengo la suerte de ser alto y nunca elevo el móvil por encima de mi cabeza. En el momento que vea que molesto, dejo de hacerlo. Pero la gente que ha escrito esos artículos nunca se ha parado a pensar una cosa: ¿Y las personas que por distintas circunstancias, ya sea económicas, geográficas o de otra índole, no pueden ir a conciertos?", se pregunta.
Hace un tiempo, cuando Paul Chícharo tuvo dudas y se planteó si debía seguir subiendo vídeos a YouTube, recibió por Facebook un mensaje de un chico que no conocía personalmente. "Me contaba que estaba peleando con una grave enfermedad y que no podía ir a los conciertos, que era de las cosas que más le gustaba hacer. Me agradecía de todo corazón que fuera sus ojos y oídos en esos momentos y me decía que disfrutaba mucho con mis vídeos. Solo por él voy a seguir haciéndolo".
