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Vilaxoán pesca el mejor reggae

La banda de Jacob Hemphill, SOJA, una de las más destacadas del mundo en su estilo, es la gran atracción del Festival Revenidas

El festival Revenidas de Vilaxoán, en Vilagarcía de Arousa, ha dado un paso de gigante trayendo por primera vez a Galicia a uno de los mejores grupos de reggae del mundo, los estadounidenses SOJA. La banda fundada y liderada por Jacob Hemphill encabezará mañana el cartel del festival Rototom de Benicasim, que esta semana ha sido noticia por el veto -luego rectificado- al cantante judío MatisyahuMatisyahu; y el domingo será la principal atracción del Revenidas. La cita musical arousana incluye este fin de semana a La Raíz, Banda Bassotti, Heredeiros da Crus y Los Chikos del Maíz, entre otras formaciones.

Después de 18 años de actividad, 200.000 álbumes vendidos y giras por todo el mundo, SOJA ha conseguido reunir una considerable legión de incondicionales que, como ocurría con los fans de Grateful Dead en Estados Unidos, sigue a la banda en furgoneta a cada ciudad. En su país fueron teloneros de Incubus y de la Dave Matthews Band, un grupo poco conocido en España pero que llena estadios en Norteamérica. SOJA supera los 4 millones de fans en Facebook y sus vídeos suman más de 120 millones de vistas en YouTube.

La clave de su éxito es su irresistible mezcla de reggae, rock, pop, hardcore, hip hop y ritmos latinoamericanos. Sus conciertos son auténticas fiestas, aunque SOJA no cae en el error en el que incurren muchas bandas de mestizaje: pese a que son nada menos que ocho músicos, su directo es limpio y preciso. Saxofón, trompeta, percusión, teclados... No sobra ni falta ningún instrumento. Fusión, sí, pero no confusión.

Es imposible hablar de SOJA, acrónimo de Soldiers Of Jah Army, sin referirse a su líder, cantante, guitarrista y compositor, Jacob Hemphill. Originario de Arlington, Virginia, ciudad limítrofe con Washington D.C., pertenece a una familia amante de la música. Su padre era un gran seguidor de Paul Simon, uno de los grandes ídolos musicales del líder de SOJA junto a Sade, Ben Harper y, cómo no, Bob Marley. Conoció la música del rey del reggae en Monrovia, capital de Liberia, donde su padre, funcionario del Fondo Monetario Internacional, fue enviado a trabajar cuando Jacob tenía 6 años.

Pese a que su padre trabajaba para el FMI -o tal vez por ello-, las letras de Jacob Hemphill para SOJA critican el culto al dinero y la política de Washington. Solo salva a Obama por su postura permisiva en el debate sobre la legalización de la marihuana. "Nuestra meta como banda es dar la cara por la raza humana -dice Hemphill-. Vemos el mundo e intentamos mejorarlo en el límite de tiempo que tenemos aquí".

Un mensaje de paz y amor muy similar al de su compatriota Matisyahu. De hecho Hemphill ha compartido escenario con el cantante judío estadounidense en más de una ocasión. Incluso cuando se presentaba como ultraortodoxo judío, con sombrero, barba y tirabuzones, Hemphill lo invitó a tocar con SOJA en Nueva York llamándole su "amigo". Una lección frente a quienes practican la intolerancia.

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