El asesinato de una cocinera a manos de un preso en una cárcel de Tarragona ha desatado protestas por la inseguridad en los centros penitenciarios de Cataluña. Los funcionarios de prisiones han pedido este jueves la dimisión de la consejera de Justicia de la Generalidad. El preso llevaba ocho años cumpliendo condena por haber asesinado a otra mujer y tenía acceso a la cocina porque se trataba supuestamente de un recluso de confianza y participaba en un taller de reinserción.